El nuevo jefe de Estadio Seguro evaluará vuelta de los bombos

Lo que le dura el sueldo en el siempre desgraciado y rudo mes de marzo, o sea nada, José Roa Ramírez tuvo de tiempo pa' aceptar la palanca de cambios del plan Estadio Seguro.

"Me llamaron el lunes después de almuerzo y por la tarde ya estábamos listos para asumir el desafío", cuenta el ex dire del Sernac, que muchos creen que aún no sabe en el forro que se metió. Si no pregúntele a personajes como "Pancho Malo", ¿no?

Pero al abogado, de 39 bien parrillados años por lo que se le ve, no le tiritó la pera. Y no sólo porque hasta ahora cuenta que ninguna pega le ha quedado grande, sino que también porque tiene su corazoncito "jurgolero". "Mi abuelo (José Ramírez) fue arquero y después técnico de Ñublense", dice emocionado, aunque el nieto no sacó los genes y con cueva dice se defiende en el beibi.

-Don Pepe, cómo su señora no le dijo que Estadio Seguro es menos querido que Enrique Osses y llueven las amenazas...

-En democracia no debiera ser causal de amenaza que se cumplan las reglas del juego.

-Mmm, ya. ¿Cuándo fue la última vez que fue al estadio?

-Fue para un recital, lo que da cuenta que todavía los estadios no están en condiciones de acoger a los hinchas y sus familias. Yo no llevaría a mis hijas al estadio hoy, por ejemplo.

-¿O sea que para usted Estadio Seguro hasta ahora valió champiñón?

-Lo que hemos visto es que hubo un trabajo sostenido, pero que las expectativas de la ciudadanía aún están insatisfechas.

-¿Volverán los bombos con usted como lo piden hasta los futbolistas?

- Los gobiernos se construyen con aprendizaje de los aciertos y los errores. No llego con ningún prejuicio y estoy abierto a evaluar. Pero aspiro a que el fútbol se desarrolle con seguridad, donde las familias puedan ir al estadio.

-¿Con qué meta se da por pagado en el cargo?

-La idea es abrir un nuevo ciclo y esperamos que en este espacio de compromiso estén todos los actores, desde la Intendencia, las policías y los clubes.

-¿Y los barristas?

-No, los que son interlocutores son los hinchas, como las juntas de vecinos que están alrededor de los estadios y que son una voz que hasta ahora no ha sido oída.

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