Como la mona terminó la masiva marcha estudiantil por la Alameda que reunió a casi 80 mil caminantes -según la intendencia, aunque los organizadores estiman en 200 mil-, porque lo que había partido como una oda a la creatividad, con carros alegóricos, lolos disfrazados y cabros súper artísticos, se fue a las pailas luego que grupos de giles hicieron pebre todo lo que se les cruzó.
Pese a que siempre quienes convocan a estas manifestaciones alegan que los disturbios nacen debido a "la provocación de Carabineros", esta vez el primer combo lo pegó un piño de flaites que intentó saquear un supermercado en la esquina de Alameda con Amunátegui.
De picados porque no les resultó, y por puro gusto, los cumas rompieron ventanales del acceso al recinto, así como los de una farmacia y un banco.
"Yo siempre encarpo mi kiosco para las marchas, por el agua del guanaco, pero estos cabros vinieron a puro robar", alegó indignada Luisa Ferrada (41), a quien le hicieron chupete los dulces y bebidas de su barquito de golosinas de San Martín con Alameda.
Tras el primer encontrón, que partió justo cuando el presi del colegio de Profes, Jaime Gajardo, iniciaba su discurso, los delincuentes que se colaron en la emblemática movilización fueron agarrando papa.
A medida que los trogloditas avanzaban por la calzada norte, mientras los que de verdad están preocupados por la educación caminaban por la sur, los desalmados arrasaron con paraderos, semáforos y señalética vial.
En medio de los enfrentamientos entre flaites y verdes, los universitarios intentaron chantar a quienes empañaban la gran convocatoria.
"¡Que se vayan los sopaipillas!", entonaban los estudiantes, mientras los aludidos, camotes en mano, respondían a peñascazos a quienes les llamaran la atención, haciendo gala de su pocaza... educación.
Tras la marcha, que debido a los giles violentistas dejó la escoba en la principal vía de Santiago, la Intendencia Metropolitana informó que se registraron 38 detenidos y 20 polis heridos.
El ministro de Educación, Joaquín Lavín, señaló que "la educación es demasiado importante como para seguir eternamente en una pelea, por eso, yo siento que están bien las marchas como la de hoy (ayer); ponen a la educación en primera prioridad, pero lo que viene en adelante no es protestar, es trabajar".
El alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett , afirmó que los vándalos que dejaron para la historia el centro de la capital tendrán que pagar: "Nosotros nos vamos a querrellar contra los 38 detenidos por daños a la propiedad pública. Estamos hablando de 50 millones de pesos, que es algo preliminar".
CAMOTES ACORRALARON A PINGÜINOS GLADIADORES
"Las armas que nos entrega la educación actual son de cartón. Ese es el concepto de nuestros disfraces", explicaron de corrido, y con excelente pronunciación, los cuatro alumnos del cuarto medio B, del Liceo Lorenzo Sazié que llegaron vestidos como gladiadores hasta el centro de la capital.
Al parecer Cristóbal Salamanca, Sergio Herrera, Mitchel Urrutia y Matías Riquelme, todos de 17 pepas, tenían toda la razón, porque cuando comenzaron los peñascazos sus escudos valían champiñón.
"GUANACO" DE ARTES ES TOTAL: RECICLABLE Y HASTA TIRA "GAS"
Como una forma de sacarle pica a los verdes y su maquinaria antidesórdenes, los habilosos estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile se lucieron con un encachado modelito de "guanaco reciclable", fabricado con un esqueleto de palos y una fina cubierta de cartón reforzado, resistente a la caca de paloma y la lluvia finita.
La maravilla, con tracción humana 2x2, mide poco más de tres metros de largo y dos y medio de alto, posee un elegante y seguro revestimiento de cajas de huevo, un sello de Fuerzas Especiales y una rigurosa tripulación que cuando considera que el ánimo está caldeado tira puñados de talco, en la volada zorrillo.
El camioncito, que cuando circula más rápido y acelera recuerda a las veloces patitas de Los Picapiedras, fue escoltado por un grupo de alumnos caracterizados como uniformados, con cascos y chalecos antibalas de cartón.
PROFES DE EDUCACIÓN FÍSICA PEDÍAN UN GRAN SALTO
Brincando de gusto por la gran convocatoria que logró la marcha de los estudiantes por la Alameda, los profesores de Educación Física César Núñez (36) y Javier Ramírez (24) llegaron con patitas de resortes para exigir "un salto cualitativo en la calidad de la educación".
"Somos de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, que es una entidad del Estado, y creemos que es justamente el Estado quien debe hacerse responsable de garantizar la educación de su gente. No puede ser que quien no tenga dinero no puede acceder a la educación", soltaron a coro los profes, mientras rebotaban entre la multitud.
Y TAN LINDA QUE HABÍA PARTIDO LA MARCHA
Hasta que empezaron a llover enormes camotes y el aire se saturó de gas lacrimógeno, la mutitudinaria marcha estudiantil por la Alameda lucía súper cachilupi.
Los cabros mateos y pingüinos lograron repletar la avenida desde la Plaza Los Héroes hasta Plaza Baquedano, en un gran gusano humano que le llevaba batucadas, obras de teatro, diabladas, cantitos pegajosos y una especie de competencia de carros alegóricos con monitos inspirados en las autoridades políticas del país.
Liceos, facultades y carreras de distintos centros educacionales públicos y privados le pusieron talento en la confección de carteles, afiches y lienzos, y entre tanto alumnado también aplanaron calles profes, sindicatos y asociaciones gremiales.
A las 11 de la mañana, hora fijada para partir la caminata por la educación, en la Plaza Baquedano no cabía un alfiler, mientras la Alameda se hacía chica para tanto perico que seguía confluyendo al centro histórico de las celebraciones criollas.
Tal vez por las ganas de estar en medio de toda esta buena onda (hasta que quedó la escoba), un lolito de La Cisterna se suicidó en su casa, según su familia, porque no lo dejaron ir.