El Pelé de los médiums le ve esperanza a este mundo cruel en 30 años

“No, no, no. Yo mismo llevo mi maleta”. Tiene 87 años y se mueve como lolo de 15. No necesita ayuda porque cree que uno está en mundo para ayudar al resto. Divaldo Franco es el médium vivo más famoso del mundo. Algo así como el Alexis Sánchez del Espiritismo. Pero como es brasuca, podría ser fácilmente el Pelé de esta doctrina ampliamente difundida en el país de la samba y las garotas, que este finde vive un congreso latinoamericano en Chilito.

Los espíritas, por si no cacha, son los seguidores de una doctrina basada en el cristianismo, pero que, a la vez, se mezcla con la ciencia y les permite abordar la naturaleza, el origen y destino de los espíritus y cómo ellos se relacionan con el mundo corporal. De hecho, creen en la reencarnación. Y según su visión, nuestro paso por este mundo es precisamente una etapa en que estamos “pagando” para que una vez que nos desprendamos del cuerpo físico, nuestro espíritu alcance un estado de perfección.

El capo se tomó un tiempito pa’ conversar con La Cuarta, y dijo que nunca ha sentido miedo pese a que durante su vida se ha encontrado con más de 700 espíritus.

Divaldo llegó muy pequeño al mundo espírita. “Sentía perturbaciones”, comentó, mientras acudía a la Iglesia Católica. A un sacerdote no le gustó mucho y se fue de reto. A los pocos años vio morir violentamente a un hermano y debido al impacto él quedó con problemas motrices. “No podía caminar, fueron seis meses”, recordó. Una médium le dijo que no era una enfermedad. Luego de diversos procesos propios de esta doctrina como los llamados “pases fluídicos” (una especie de ordenamiento de los flujos espirituales interiores), Divaldo quedó tiquitaca. Era diciembre de 1944. Desde entonces, comenzó firme en el espiritismo y hoy es el médium vivo más bacán del mundo.

Ha escrito más de 200 libros en colaboración con sus diversos mentores espirituales (Juana Inés de la Cruz, Victor Hugo, entre otros) y creó una organización humanitaria llamada Mansión del Camino que tiene escuela, guardería, servicios médicos, maternidad, laboratorio que atiende al día unos seis mil personas desvalidas en Salvador de Bahía. Y se financia con el apoyo de los seguidores de la doctrina y convenios con el estado brasileño.

Tiene claro que cuando se habla de los “espíritas” la gente se confunde, piensa en magia negra, satanismo y atribuye ello a simple desconocimiento. Son todo lo contrario. De hecho, sus postulados se basan en cumplir la ética del cristianismo, es decir, siempre ser mejores personas, en especial con el prójimo.

“Nosotros sabemos que el mundo va a empeorar para mejorar después. De acuerdo a la doctrina de Allan Kardec, la Tierra es un planeta de prueba y de expiación para muchas generaciones. Nosotros mismos hemos abandonado la ética, los principios morales, y por eso estamos sufriendo ahora las grandes consecuencias como por ejemplo grandes matanzas, o cuando los europeos fueron crueles con los hermanos indígenas. Y eso creó un karma, una deuda colectiva”, explicó.

-¿Pero tenemos solución?

-Indudablemente. Pensamos que dentro de 20 a 30 años podremos percibir un gran cambio. Mire los niños de la actualidad. Ahora hay una generación privilegiada, niños de alto nivel de inteligencia, portadores de conocimientos avanzados en diversas áreas, demostrando que hay una generación de espíritus nobles entre otros que son más salvajes.

-A ustedes cómo les cae Halloween.

Es parte de herencias antiguas, que vienen de la época paleolítica. Es cosa de mirar México y sus fiestas. Estos arquetipos que todos tenemos en el inconsciente nos recuerdan de dónde venimos y para dónde retornaremos. Es una forma de despertar la conciencia.

-No le dan miedo los espíritus?

-No. He estado con más de 700 espíritus diferentes, de muchos países, me han permitido escribir libros en varios idiomas que no conozco, mensajes al revés. Es tan agradable...

-En este hotel hace menos de un mes se suicidó un comentarista deportivo muy famoso (Eduardo Bonvallet). ¿Qué puede pasar con su espíritu?

-Hay muchos factores que desconozco. En este caso, supongo, fue un golpe de depresión. Tal vez fue un shock emocional y eso se transforma en un conflicto interno. Tal vez este muchacho que era amado y gozaba del respeto popular, debería tener algo de dolor en su alma. Pero la divina justicia tiene formas de juzgar. Es probable que este muchacho reciba misericordia de la divinidad y no tenga que sufrir porque nadie sabe la dimensión de su dolor.

-¿Cuál es el mensaje principal que le quiere dejar a los chilenos?

-De esperanza y amor. Vale la pena vivir, la vida es la más notable bendición de Dios. Por más difícil que sea la noche, hay madrugada; por más dura que sea la tempestad, hay bonanza. La gente puede cambiar su vida, cuando cambia mentalmente. La vida es para siempre.

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