“El síndrome de la cara vacía”: causas de la ansiedad de no usar mascarilla y cómo enfrentarla

Un informe y diversos especialistas analizaron este fenómeno, el cual se consolidó tras la implementación de una rutina pandémica.

Tras dos años de pandemia, este mes fue el primer fin de semana sin la obligación de usar mascarillas en espacios abiertos, una medida implementada en las comunas dentro de las Fases de Bajo y Medio Impacto Sanitario.

Pero a pesar de que una parte de la ciudadanía prefiere quitarse el implemento para prevenir el contagio de Covid-19, otra opta por mantener su rostro cubierto incluso en espacios abiertos, un fenómeno que diversos expertos de la salud han bautizado como el “síndrome de la cara vacía”.

Según un informe de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) revisado por Infobae, costumbres como mantener el distanciamiento social y el uso de mascarillas fuera del hogar, han influido en que algunas personas se sientan incómodas a la hora de modificar esta rutina pandémica, debido a que adherirse a estos cambios repentinamente podría generar síntomas de ansiedad.

Este fenómeno, también conocido como “mask fishing”, puede tener dos orígenes según la citada institución. El primero de ellos, es la incomodidad de mostrar su rostro frente a los demás, mientras que el segundo, se relaciona con el miedo a contraer alguna de las variantes del virus.

Asimismo, las personas que generalmente se ven enfrentadas a esta situación tienden a ser adolescentes, debido a que se encuentran en una etapa de cambios, tanto a nivel de percepción emocional, como física.

Frente a esto, el profesor psicología de la Universidad de Waterloo, David A. Moscovitch, presentó una investigación en la que sus resultados afirmaron que las restricciones en torno al uso de mascarillas aumentaron las luchas contra la ansiedad social, a través de percepciones como sentirse constantemente observado o juzgado por el entorno.

“Podemos notar que nuestro nivel de ansiedad al interactuar con la gente es un poco más alto de lo normal”, manifestó en una entrevista con CNBC, revisada por Infobae, “por ejemplo, puede que sintamos que nuestras habilidades sociales están oxidadas o que nos sintamos cohibidos”.

Asimismo, declaró que el hecho de llevar una mascarilla, puede servir a algunas personas como una forma de evitar “presiones sociales que vienen con el miedo a exponer los defectos de la apariencia o los signos de ansiedad”.

Pero a pesar de ello, destacó que “si evitamos las cosas que nos provocan ansiedad, puede parecer un alivio a corto plazo, pero a largo plazo solo provocará más ansiedad. Y si nos sentimos cada vez más ansiosos, nos va a resultar cada vez más difícil superar esa evitación”.

Según las declaraciones de diversos especialistas, las cuales fueron revisadas por Infobae, para enfrentar este síndrome se pueden aplicar distintas medidas.

Una de ellas es quitarse la mascarilla de manera progresiva, partiendo por los espacios en donde se tiene más seguridad, para luego seguir con otros. Junto con ello, recomendaron aplicar lo mismo en relación al entorno social, es decir, primero con las personas con las que se tiene mayor confianza, para después continuar con otras en una escala. Asimismo, en el caso de los niños, sugirieron que los adultos responsables les expliquen los distintos contextos y las excepciones de su uso.

Si bien, aquellas son algunas de las recomendaciones del equipo consultado por el citado medio, las fuentes también destacaron que la ayuda de un especialista puede ayudar a combatir estos síntomas en eficiencia y con un cuidado riguroso de la salud.

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