El futbolista de 18 años llevaba varios días desaparecido, tras un viaje relámpago a Sevilla. Finalmente, este lunes su cuerpo fue hallado sin vida en el acople de dos vagones de tren. Prieto buscaba regresar a como dé lugar a Córdoba. La historia a continuación.
Desde el miércoles, cuando Álvaro Prieto López se desplazó a Sevilla, hasta el lunes, que se conoció su triste desenlace, fueron cinco días llenos de teorías, preocupación y, por sobre todo, desespero. Nadie sabía, o entonces siquiera sospechaba, el paradero del futbolista de 18 años. Tampoco había manera, abruptamente desapareció sin dejar huella. Toda España, entonces, se arrojó a su búsqueda.
Prieto, jugador de 18 años que derrochaba su talento en las divisiones menores del Córdoba CF, viajó a la capital andaluza para reunirse con unos viejos amigos. La idea era sencilla: pasar una noche de fiesta y regresar. De ahí que a primera hora del jueves acudiera a la estación de trenes para concretar el viaje según lo planeado. Pero ocurrió el primer desbarajuste: perdió el vagón Avant-Córdoba, que saldría a las 07.35 de la mañana, y además, en cuestión de minutos se quedó sin batería en su teléfono celular. De todos modos, antes de que su móvil dejara de funcionar, se aseguró de tranquilizar a su familia: “Ya voy a la parada”, les escribió.
Las fuentes que investigaron el caso sostienen que lo siguiente que hizo Álvaro Prieto fue intentar subirse a otro tren, con dirección Sevilla-Barcelona y parada en la capital cordobesa, a las 08.55 horas. A las malas, esto es, sin el boleto que le exigían y sin dinero en efectivo.
Como se podía suponer, las autoridades le negaron el paso y, de hecho, le pidieron que abandonara el recinto. Las cámaras de seguridad de la estación Santa Justa captaron ese momento, cuando el novel futbolista amagó con dejar el sitio. No sin intentarlo una última vez. Concretamente, desesperado por llegar a su ciudad como lo describieron los últimos testigos que lo vieron con vida, Prieto habría vuelto sobre sus pasos, desde la avenida Kansas City e intentado acceder a las instalaciones del lugar por una zona restringida, próxima a las vías del tren.
Fue entonces que se perdió definitivamente su rastro.
Al cabo de unas horas, al no poder contactarlo, su familia y amigos apelaron a la ayuda de las policías locales. Su imagen y datos se publicaron en SOS Desaparecidos Andalucía. La institución, en tanto, compartió en redes sociales un mensaje que incluía la descripción física de Prieto. 1,80 metros de estatura, 18 años de edad, vestía pantalón beige y camisa verde. A esos posteos, pronto se sumaron los de su club, influencers, reconocidos periodistas deportivos y futbolistas.
El sábado, en el Estadio Arcángel por la octava fecha de Primera RFEF, el Córdoba consiguió la victoria más amarga de su historia. Fue 2 tantos a 0 sobre el Mérida. Álvaro fue el protagonista absoluto. Se desplegó una pancarta con su imagen y un número de contacto para facilitar cualquier tipo de información. Álvaro, vuelve pronto, completaba el encabezado. El videomarcador también, cada tanto, replicaba el mismo mensaje. Y por si fuera poco, la hinchada del cuadro local levantó letreros y afiches en apoyo al jugador y a su familia.
La muerte de Álvaro Prieto
El mediodía de este lunes, mientras se emitía una nueva edición de Mañaneros de Televisión Española (TVE), todo cambió.
Alberto Catalán, reportero del espacio, se encontraba allí, en la estación Santa Justa para entregar las últimas novedades respecto del caso que involucraba la desaparición de Álvaro Prieto. Hasta ese momento, como los días que le precedieron, no se había avanzado demasiado en la investigación. Las cámaras de seguridad y el testimonio de algunos presentes era lo único que permitía elaborar alguna hipótesis. De algún modo, aún había esperanzas. Sin embargo, al cabo de unos instantes, el anuncio de un evidentemente nervioso Catalán alertó a todos: el reportero aseguró que junto a su equipo habían divisado “algo sospechoso”, ubicado entre dos vagones de un tren cerca de la estación.
El camarógrafo, entonces, apuntó la lente hacia el espacio mencionado, zoomeó, y ahí se pudo observar de inmediato dos piernas con sus respectivas zapatillas que sobresalían entre los carros, tal y como había relatado el comunicador.
Enseguida, Catalán mencionó que probablemente, por la ropa que se podía advertir, podía tratarse de Álvaro Prieto.
Mientras con el paso de las horas, sobre todo en redes sociales, se criticó al programa y a la cadena emisora por exhibir esas inquietantes imágenes, acusándolos de irresponsables, un portavoz de la Policía Nacional confirmó que, en efecto, el cuerpo que enseñó TVE correspondía al futbolista de 18 años que llevaba desaparecido desde la mañana del jueves 12 de octubre.
Un par de horas más tarde, ya confirmada la noticia, la operadora de los trenes, Renfe, sostuvo en un comunicado que el tren donde fue hallado el cadáver de Prieto “no prestaba servicio por avería” y “desde agosto no se ha movido ni ha pasado revisión”. De hecho, explicaron, “realizaba una maniobra sin viajeros”.
A la estación de tevé española no le quedó de otra que asumir su culpa.
La corporación pública que maneja los destinos de TVE lamentó “profundamente las imágenes emitidas esta mañana en directo”. En un comunicado, admitió que “nunca deberían haberse emitido”.
En tanto, Jaime Cantizano, presentador de Mañaneros, finalizó la edición en la misma línea: “Lo sentimos muchísimo (...); estas disculpas van, en primer lugar, dirigidas a la familia del fallecido”.
Al mismo tiempo, comenzó la publicación de muestras de duelo en redes sociales.
¿Cómo falleció Álvaro Prieto?
Las últimas horas han sido claves para reconstruir lo que verdaderamente sucedió.
El informe preliminar de la autopsia despejó las dudas en torno a su deceso: falleció electrocutado el mismo día que se perdió su rastro.
El cadáver, según se pudo comprobar, presentaba signos compatibles con una descarga eléctrica. De ahí que tuviera las manos quemadas y prácticamente nada de cabello. En tanto, su avanzado estado de descomposición sugiere que el accidente se produjo el mismo jueves que buscaba a toda costa regresar a Córdoba.
La portada de este martes de El Mundo aporta más detalles: las cámaras de vigilancia de una gasolinera próxima a la estación Santa Justa grabó a Álvaro encaramado en el techo del tren. Precisan que “el joven se agarró a la catenaria, se electrocutó y cayó entre los vagones del tren donde quedó atrapado”. Las grabaciones fueron determinantes para poder explicar lo sucedido.
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