“Los que quieran carretear que lo hagan, pero a puertas cerradas”, sería una de la órdenes que se deben respetar para no sufrir consecuencias.
A pocas semanas de la detención de una nueva célula del “Tren de Aragua” en Arica, donde se detuvo a 17 integrantes de la temida banda criminal de origen venezolano, vecinos de las tomas instaladas en el cerro Chuño confirman la peligrosidad de estos antisociales.
Desde el anonimato, distintos residentes -chilenos y extranjeros- contaron su experiencia luego de convivir con estos sujetos que amenazan, secuestran y torturan a quienes no siguen sus órdenes.
Eso sí, antes de asentarse en el lugar, los ciudadanos extranjeros habrían intimidado a los colombianos que, en principio, llegaron al mencionado cerro.
“Empezaron a matar colombianos primeramente y después empezó a haber una tensa calma en el sector. Hoy día es el tren el que manda”, aseguró uno de los residentes a T13.
En medio del reportaje, el hombre afirmó que “locatarios o varios negocios cercanos al cerro tuvieron que cerrar porque no pudieron seguir. O les quitaban lo que tenían o tenían que pagar diariamente o cada vez que se les ocurra. O si no, pierden sus familias. A los negocios les cobran. Ellos se te acercan y te amenazan. Ellos... uno sabe quienes son; y ellos saben quienes somos también”.
“Ellos gobiernan aquí”, sentenció.
“Ser menos llamativos”
Asimismo, un segundo sujeto reveló que “hay que pagarles. Las mujeres que trabajan de noche tienen que pagarles a ellos”.
“A unos amigos los contactaron para hacer sus ventas de droga y diciéndoles que ellos son los que llevan ahora una organización aquí, y si no hacen lo que ellos digan, pagan con sus vidas. Pueden matarlo. Ahora tienen que comprar todas sus cosas a ellos”, complementó.
Finalmente, un tercer vecino, oriundo de Venezuela, contó que el Tren de Aragua “comenzó a poner orden en la toma y los que quieran carretear que lo hagan, pero a puertas cerradas. Ser menos llamativos”.
“Cuando tú empiezas a ver cosas que ya viste en Venezuela, es como una película que tú ya ves aquí. Cuando matan a las personas ya uno sabe cómo las matan allá, a tiros, sin compasión”, concluyó.