Tristeza y mucha rabia ha causado le desaparición de Emmelyn Canales, de 11 años, a manos de José Navarro, un hombre con antecedentes por abuso sexual que la tendría secuestrada.
En Licantén todos se conocen y hay preocupación por la niña, quien ama jugar con sus primos y su pequeño hermano, Cristóbal, al que siempre cuida, pero que algunas veces la saca de quicio.
Su madre, Sandra Vidal, trabajaba y dejaba a la niña al cuidado de sus abuelos: Rafael Vidal y Norma Herrera.
"Todos los días salgo a las 8.00 de la casa y no llego hasta las 9 de la noche", dijo la mujer.
La mañana del jueves 1 de febrero, el día previo a la tragedia, no fue diferente. Emmelyn comenzó el día frente a la tele, solía ver dibujos mientras se comía un sánguche.
"Le gustan mucho los de palta, aunque por esos días tenía ganas de aprender a cocinar huevos. A mí no me gustaba mucho la idea, pero decidí ayudarla", contó la abuela que pasó esa mañana junto a la pequeña y su hermano.
"No recuerdo bien qué almorzamos ese día, yo siempre les doy mucha papa, pero su plato preferido son los fideos con vienesas", recordó Norma.
Por la tarde, Emmelyn junto a unos tíos se escaparon a la playa, con el fin de capear el calor. "Ella andaba con Marcos (Vidal), Verónica (Vidal), y mi otro hijo, y creo que lo pasaron bien. Llegamos casi juntos a la casa (ellos de la playa y la mamá del trabajo) y a Emmelyn le saqué la arena y la acosté", agregó Sandra, que nunca imaginó el calvario que se venía.
El viernes parecía ser normal. Aquella mañana Emmelyn estuvo ayudando en los labores del hogar para después ver tele.
"Es muy hacendosa mi niña, sin que uno se lo pida la podías ver ordenando sus cosas o haciendo su camita", agregó su abuela.
La tarde tomaba su curso normal hasta la llegada de José Navarro a la casa de los Vidal. El "Brujo", como lo conocen en la localidad cercana a Curicó, llevaba algunos meses visitando el hogar para hablar con el abuelo.
"A mí nunca me dio confianza ese tipo, además de que uno conocía sus antecedentes, era una persona que hablaba muchas cosas raras, sobre hechizos y cosas así. Cuando se aparecía yo tomaba a mis niños y me iba a la pieza para evitarlo", dijo Sandra.
Esa tarde, Navarro le habría asegurado al abuelo que Emmelyn tenía capacidades especiales para encontrar tesoros, por lo que tomaron una pala, a la niña y se enfilaron rumbo a un lugar donde, supuestamente, desenterrarían un gran botín. Pero no sin antes recibir la oposición de la abuela.
El camino que llevaría las tres personas a su destino era muy complicado, en subida, rodeado de muchos pinos por donde es muy difícil transitar.
El resto de la historia se sabe por el abuelo. Dijo que Navarro le pegó con una pala en la nuca, lo tiró al hoyo que había hecho y desde ahí se le perdió la pista al agresor y a la niña.
La búsqueda es gigantesca y hasta el cierre de esta edición no hay pistas de ellos.