Una historia de amor, esfuerzo y solidaridad es la que protagonizó anoche Miguel Carvajal en la apertura de la Teletón, un santiaguino que nació con malformaciones congénitas.
"En la teletón aprendí a leer, a sumar. Aprendí valores humanos como que tú no eres menor por tener una discapacidad. Que la discapacidad está en tu mente", contó.
Criado en una familia de esfuerzo y un barrio humilde de la Pintana, atravesó numerosas dificultades que lo hicieron frustrarse. Que casi le hicieron tirar la toalla.
Especialmente cuando, tras titularse de Administración de Empresas, se topó con un cruel escenario laboral en el que la falta de inclusión lo discriminaba.
"La inclusión laboral para mi fue dramática. Como un balazo en la cabeza", fueron sus palabras. Una situación que lo sumió en un conflicto interno y encerrarse en sí mismo.
Amor por la enseñanza
Fue su padre quien le dio el empujoncito que necesitaba al decirle que tenía que mirar a su alrededor, centrar su mirada en los demás. Así fue como Miguel empezó a hacer clases de apoyo escolar y reforzamiento a los niños de su sector.
"Me encontré con situaciónes que me hicieron enamorarme de esta vocación. Yo me veo reflejado en los niños, en sus problemas (...) La inclusión me encontró a mí, yo no encontré la inclusión. La encontré en la gente más humilde", contó Miguel entre lágrimas.
"Yo cuando sea grande voy a ser inventor. Yo le voy a inventar unas piernas robot y unos brazos robot", dijo uno de sus alumnos.