La covacha de Ingeniero Hyatt 195, en el cerro Cordillera de Valparaíso, volvió a ser escenario de un alevoso homicidio en contra de un hombre.
En noviembre de 2004, un esquizofrénico mató a botellazos, descuartizó y destripó a un vecino, y el fin de semana pasado un alcohólico de 61 años acuchilló a uno de los amigos con los que vivía.
El crimen de F.D.M., de 67 años, ocurrió el domingo en la mañana, pero sólo quedó al descubierto en las últimas horas, cuando su victimario confesó el asesinato a la policía.
El homicida, A.L.C., de 61 años, dijo a funcionarios de Carabineros que los problemas de convivencia desataron la mortal pelea en la que corrieron cornetes, patadas y hasta cuchillazos.
En la casa alojaban 5 hombres cuya única razón de vivir era la botella.
Según dijo A.L.C., la mocha se produjo porque su víctima se negó a abandonar la casa en la que hace 2 años vivía sin pagar ni uno.
Debido a que F.D.M. no quiso virarse porque no tenía dónde echar los huesos, su compañero decidió hacerla corta y lo tiró por la escalera.
Después de que el anciano aterrizó en el primer piso, A.L.C. lo apuñaló y luego huyó.
Sin embargo, en las últimas horas el asesino escuchó a su conciencia y se entregó en la Tenencia Cordillera.
Tras la confesión de A.L.C., funcionarios de Carabineros se dirigieron a la casa de dos pisos y hallaron el cadáver de F.D.M.
En la misma, el victimario fue detenido y entregado al Juzgado de Garantía de Valparaíso por el delito de homicidio.
La vivienda pertenece a Reinaldo Mariano Pérez Vera, quien es conocido en Valparaíso como el "Loco Mariano" o el "Descuartizador del cerro Cordillera".
Tras ser enviado al manicomio de Putaendo por los crímenes de dos hombres ocurridos en 2003 y 2004 (ver abajo), la casa de Pérez Vera quedó desocupada y se convirtió en guarida de alcohólicos, volados, guarenes, chinches y mendigos.
DUEÑO DE LA MANSIÓN ESTÁ EN MANICOMIO
La vivienda de dos pisos pertenece al "Loco Mariano", quien en noviembre de 2004 asesinó al comerciante Christian Locier.
Al hombre lo mutiló con un serrucho, le sacó las vísceras y sus restos los escondió en el entretecho.
El crimen quedó al descubierto cuando una lluvia de sangre empezó a caer sobre una reparadora de calzado que funcionaba en el primer piso.
En septiembre de 2003, el mismo "Loco Mariano" había matado a botellazos al tornero mecánico Leandro Castillo Araya.
Por ambos crímenes el homicida fue declarado loco e inimputable, pero fue enviado a pasar 20 años en el manicomio de Putaendo.