Pese a las rogativas de su madre, Nicolás Zepeda negó el crimen hasta el final.
“Fue muy difícil emocionalmente. Tuvo que abordar momentos muy difíciles como el momento en que murió Narumi y la desaparición de su cuerpo”.
Con estas palabras, la abogada Sylvie Galley, representante de la familia de Narumi Kurosaki, se refirió al dolor de la madre de la joven japonesa asesinada por Nicolás Zepeda, su expareja.
La semana pasada, Taeko Kurosaki expuso en el juicio e hizo a llorar a la gran mayoría de los presentes.
“He abandonado todas mis actividades profesionales. Me aíslo. Por eso he perdido la facilidad de hablar. Es por eso que mi discurso puede ser largo, interrumpido por silencios, les pido disculpas, les pido que tengan paciencia para escucharme”, dijo.
Sobre Zepeda, quien no habría soportado el quiebre y la nueva relación de Narumi, indicó que “hay hombres que se enfadan, que pierden la cabeza cuando se enfrentan a cosas que no toleran. Yo mismo he tenido experiencias similares en el pasado”.
Ayer, a horas de conocer el veredicto y con todas las cartas sobre la mesa, su abogada explicó a CHV que “fue muy duro para los padres de Narumi escuchar esto y darse cuenta que estamos llegando al final de este juicio. (La madre) Se va con las mismas preguntas con las que llegó”.
Alma de Narumi
Según consignó L’est republicain, la principal esperanza de la familia Kurosaki es hallar el cuerpo de la joven y “traer los restos de su hija, su hermana, para un funeral en Japón”.
“En la creencia japonesa, la trampa en la que está encarcelada Narumi vivirá para siempre”, precisa el medio francés.
En palabras de Galley, Zepeda “ha condenado el alma de Narumi a vagar en la oscuridad” al no revelar dónde está el cadáver.