Enchulada a la Virgen dejó con cuello a turistas

Con la lengua afuera y el caracho más largo que moái, los tórtolos austríacos Becky (25) y Michael (27) bajaron ayer al mediodía de la punta del cerro San Cristóbal.

Los jóvenes, que llegaron hace dos días a esta copia feliz del edén, tenían todas las ganas de tomarse una fotito junto a la Virgen de la Inmaculada Concepción, para inmortalizar su primera estadía en nuestro suelo patrio.

Sin embargo, la enchulada que el Arzobispado le está pegando a la Madre de Jesús desde el 23 de enero, dejó a los jóvenes turistas con el tremendo cogote.

Los cabros apenas cachaban para qué se estaban efectuando estas obras, ya que no entienden ni jota del lenguaje chilensis y tampoco andaban con guía turístico que les diera una explicación.

"Es un poco molesto para nosotros, pero entendemos que se deben hacer estos trabajos para mantener bonito el lugar", aseguró Michael en inglés, tras ser interpelado por La Cuarta, que parla hasta en lenguas muertas.

Pese a este contratiempo, los austríacos se mostraron fascinados con la belleza de Chilito y dijeron que Santiago es una ciudad "very beautiful", que en castellano quiere decir que es "súper pulenta".

MANITO DE GATO

Acostumbrados a observar su imponente imagen blanca dominando desde la punta del cerro, para los compatriotas y turistas ha sido penca ver a la Virgencita cubierta de una jaula metálica.

Desde el año 1908 que esta estatua, similar a la que existe en la plaza España de Roma, acompaña a los habitantes de la capital. Es, además, uno de los principales atractivos turísticos de Santiago.

Por suerte, los trabajos de restauración estarían listéilor antes de la fecha estimada, que era el 15 de febrero, aseguró Luis Trincado, diácono y coordinador pastoral del santuario.

Según el encargado, era justo y necesario que le dieran una pintadita a la estatua de la Inmaculada, la que mide 12 metros, además de su pedestal, que mide ocho.

"El esmog, la lluvia, el sol han ido dañando a la Madre de Santiago, por eso empezamos con estas labores, porque nos interesa que la Virgen esté bonita para quienes vienen a peregrinar a este santuario", agregó.

Trincado dijo que los daños más cuáticos estaban en la barbilla, la que presentaba manchas, y en su antebrazo derecho, en el cual se veían las uniones metálicas.

La última vez que le dieron una manito de cucho a la Virgen fue en el año 1987, para la visita del Papa Juan Pablo II, que subió el cerro a dedicarle una oración a la Patrona de Chile.

COMPARTIR NOTA