Enchulan el primer avión Fach que llegó a la Antártica

Era un frío día de febrero de 1947 y la cabina del hidroavión ni siquiera tenía calefacción. Pero igual el teniente 1° Arturo Parodi Alister desafió turbulencias, ventiscas y nieve para hacer historia al realizar el primer vuelo chileno sobre la Antártica.

A más de 60 años de su exitoso vuelo a las tierras congeladas, el “Kingfisher N° 308”, más conocido como “Martín Pescador”, fue presentado ayer al público para celebrar los 68 años del Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio.

Los capos del museo restauraron completamente la aeronave, que ahora saca pechito con su pintura e instrumentos originales.

El “Martín Pescador” es un hidroavión fabricado por los gringos en la década del 40 y podía volar hasta 296 km/hora.

Ese 15 de febrero de 1947, el avión fue transportado por un buque que lo catapultó a las aguas del Pacífico, desde donde despegó.

La hazaña no fue papita pa’l loro, porque la cabina del teniente Parodi no era presurizada y ni hablar de aire acondicionado. Pese a los tiritones del piloto, que tenía más frío que un pingüino en sunga, el hidroavión sobrevoló sin dramas la Isla Decepción por más de media hora.

"Es un ejemplo de los esfuerzos que significaron para algunos pilotos y tripulaciones volar en épocas pretéritas para subir otro peldaño en esta gran escalera que significa acercarse a los cielos", aseguró a La Cuarta el director nacional de Aeronáutica Civil, Jaime Alarcón.

Antes de elevarse sobre el continente blanco, el “Kingfisher” fue usado por los gringos durante la Segunda Guerra Mundial para hacer bombardeos en picada y rescate de pilotos derribados.

En Chilito, el hidroavión tampoco se las llevó peladas, ya que el Grupo de Aviación N°2 de Quintero lo usó para vigilar las costas chilenas. En ese tiempo, el país abastecía de salitre, carbón, hierro y yodo a las fuerzas aliadas.

El Museo Aeronáutico también tiene en exhibición permanente y gratuita un lote de aeronaves, entre ellos el primer avión que se construyó en este calcetín de tierra.

“Es la historia lo que nos identifica. Estas son cosas que uno a veces no conoce. Más jóvenes deberían venir”, aseguró Alfonso Vargas, subsecre de Fuerzas Armadas.

SUPERSÓNICO CRIOLLO SE ROBÓ MIRADAS

El Vought Sikorsky no fue el único que acaparó miradas en el aniversario del Museo Aeronáutico. El primer avión supersónico que operó en Chile también dejó a varios con los ojitos brillosos.

El Northrop F-5 “Tiger” hizo su primer vuelo de combate supersónico en 1959. Varios años después, en 1976 aterrizó en Chile.

“Tiger” era una verdadera bestia. Tenía dos cañoñes, cargamentos , bombas y cohetes de hasta 2.500 kilos.

El director general de Aeronáutica Civil sacó pechito por los aviones que habitan en el Museo ubicado en el ex Aeropuerto de Cerrillos.

“Somos uno de los pioneros en el mundo en el desarrollo de la aviación. Al poco tiempo del primer vuelo de los hermanos Wright en 1913, nosotros ya teníamos actividades aéreas en nuestro país”, dijo Jaime Alarcón.

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