Se trata de una disciplina que toma fuerza en nuestro país y que consiste en un entrenamiento de suspensión, ideal para tonificar sin correr riesgos.
Tres años tenía Yenniffer Espinoza (31) cuando practicó por primera vez una disciplina. Su primera actividad fue ballet, luego fue cheerleaders e ingresó al gym. Tras hacer ejercicios de fuerza, se lesionó un ligamento y tuvo que parar por un tiempo. Ahí fue cuando llegó el TRX a su vida: "Lo tomé porque supe que era una de las pocas actividades que no tenían impacto. Realicé una certificación con Rene O'Ryan y de ahí lo seguí practicando hasta llevarlo a clases en mi gimnasio Fit Woman".
Respecto a los beneficios físicos del cuerpo, Yenniffer afirma que el TRX es una disciplina que deja a las mujeres espléndida y con mayor autoestima. "Se mejora la fuerza, la resistencia cardiovascular y se reduce el riesgo de lesiones porque se trabaja con el peso corporal mediante la suspensión. Además, baja el porcentaje de grasa", agrega.
Su centro de entrenamiento, abierto junto a su socia Margarita Méndez, "es un lugar cómodo, trabajamos mucho las relaciones interpersonales. Ayudamos a lograr los objetivos de una forma sana, segura y sin elementos externos. Además, el hecho de ser una zona de puras mujeres, ayuda a sentir más cómoda a las alumnas", señala.