Según las autoridades este método permitiría una muerte más rápida e indolora, sin embargo testigos del acto y familiares del ejecutado revelan que esto no fue así y lo catalogaron como “un evento profundamente perturbador”.
El caso de la la primera ejecución de un condenado a muerte mediante hipoxia de nitrógeno el pasado 25 de enero en Estados Unidos, sigue generando varias polémicas. Testigos del acto y familiares del ejecutado aseguran que estuvo consciente varios minutos después del comienzo del procedimiento.
Kenneth Smith es el nombre del reo que fue ejecutado en Alabama y quién estaba preso por asesinar brutalmente el 18 de marzo de 1988 a Elizabeth Sennett en el condado de Colbert.
Según las autoridades este método permitiría una muerte más rápida e indolora, lo que fue desmentido por quienes presenciaron la ejecución. Afirmaron al The New York Times que Smith estuvo consciente varios minutos después del comienzo del procedimiento. Muchos lo describieron como “un evento profundamente perturbador”.
A algunas personas “se les permitió observar cómo un hombre, atado a una camilla, luchaba durante los últimos minutos de su vida”. Entre los asistentes había periodistas, familiares del reo y familiares de la víctima asesinada. Según comenta el reverendo Hood, presente en el acto, poco antes de que inhalara el gas mediante una mascarilla, un oficial le confidenció que el acusado estaba “resistiendo”.
Hood contó que ungió la cabeza de Smith con aceite en su camilla tras lo cual fue sacado de la sala mientras a Smith le ajustaban la máscara.
“Entré nuevamente y tan pronto como entro, él intenta consolarme (…) Siguió hablando de su ‘fecha de liberación’, que hoy era su fecha de liberación, que estaba libre y que estaba fuera de allí”, mencionó Hood, quien comenzó a leerle pasajes de la biblia.
El reverendo relató que pocos minutos antes de la ejecución, Smith movía su cabeza como si estuviese escuchando música.
Kim Chandler, periodista de The Associated Press detalló que Smith, vestido con un uniforme carcelario canela, estaba atado a la camilla y envuelto en una sábana blanca. Una mascarilla respiratoria le cubría el rostro desde la frente hasta la barbilla.
Los presentes siguieron la ejecución detrás de una ventanilla y afirmaron que durante todo el tiempo que el personal penitenciario leyó la sentencia de muerte, Smith no quitó los ojos de quienes lo apoyaban ni de sus familiares.
El preso miró los rostros de sus familiares uno por uno, sonriendo y en más de una oportunidad hizo una señal con los dedos que significaba “te amo”.
Convulsionó y estuvo consiente varios minutos
Dentro de los testigos estaba Marty Roney, reportero del The Montgomery Advertiser, quién aseguró que: “Estuvo sin aliento durante cuatro minutos. Parecía estar consciente. Estaba convulsionando, se retorcía, la camilla temblaba notablemente”.
John Hamm, comisionado del sistema penitenciario de Alabama, cree que esto se debió a que Smith trató de contener la respiración cuando el nitrógeno comenzó a fluir, lo que podría haber prolongado el proceso.
Mike Sennett, hijo de la mujer asesinada por el acusado, señaló durante el acto: “¿Cuánto tiempo va a tomar esto?”.
“Nos dijeron que tomaría dos o tres respiraciones y se iría. Eso no es lo que pasó”, añadió y admitió que no ha podido quitarse de la cabeza los últimos momentos de Smith.
“Con toda esa lucha, sacudidas e intentos de bajarse de esa camilla… es algo que no quiero volver a ver nunca más”, precisó.
Luego de terminado el procedimiento y cuando bajaron las cortinas de la sala de testigos, Sennett, el hijo de la víctima confidenció que que había escrito algunas notas para un breve discurso, pero que le costaba leerlas. Lo que marcó la noche fue cuando Sennett conoció a uno de los hijos de Smith y se dieron un simbólico abrazo.
“Tú eras un bebé en ese entonces. No tuviste nada que ver con esto. Tu familia no tuvo nada que ver con esto. No culpamos a ninguno de ustedes, culpamos a Kenneth Smith”, le dijo.
La sentencia de Smith
Smith fue juzgado en 1989 y nuevamente en 1996, siendo declarado culpable en ambos casos y sentenciado a muerte.
En noviembre de 2022 el estado de Alabama intentó ejecutarlo con una inyección letal, pero cancelaron el procedimiento ya que los encargados no pudieron encontrar una vena para colocar la vía.
Posteriormente Smith expresó sus deseos de ser ejecutado con nitrógeno, aunque luego cambió de parecer, afirmando que lo exponía a un enorme dolor, aseverando además que corría el riesgo de resultar con un derrame cerebral o en estado vegetativo si es que fallaba.
Frente a esto, el Tribunal Federal de Distrito denegó su solicitud, argumentando que “simplemente no hay evidencia suficiente para determinar con algún grado de certeza o probabilidad que la ejecución por hipoxia de nitrógeno bajo el Protocolo tenga una probabilidad sustancial de causarle a Smith un dolor adicional”.
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