“Cuestionar la decisión de aportar a la discusión nos parece a todas luces un abuso de poder”, aclararon.
Luego que las Carmelitas Descalzas de San José de Maipo respaldara la opción Apruebo de cara al plebiscito de salida del 4 de septiembre, desde la Asociación de Monasterios Carmelitas Chile expresaron su “profundo dolor” al tratarse de una declaración que “no representa la opinión de las carmelitas en Chile”.
Sin embargo, las cristianas y cristianos por el Apruebo precisaron que “cuestionar la decisión de aportar a la discusión nos parece a todas luces un abuso de poder y replica lógicas de infantilización respecto de la vida religiosa y el pueblo de Dios”.
De paso, calificaron de “grave cuando el emplazamiento es de un obispo a un grupo de religiosas mujeres, lo que nos recuerda el duro camino de avanzar hacia la paridad en los mundos patriarcales eclesiales”.
“Las iglesias cristianas se encuentran animadas por el pueblo de Dios cuya diversidad las enriquecen y les dan vida. Desde ahí creemos que la maduración de la fe es individual y comunitaria y las jerarquías sólo pueden orientar y entregar elementos. El proceso de discernimiento debe ser respetado y más aún la socialización de dicho discernimiento, como lo hizo el monasterio de Carmelitas Descalzas de San José de Maipo”, complementaron.
“Sueños arrebatados”
Finalmente, recordaron que “las iglesias y quienes formamos parte de ellas defendemos la vida. Sin embargo, quisiéramos ampliar la mirada, pues nuestra defensa acérrima e incondicional por la vida es por quien está por nacer y también por quienes están destinados a una vida de miseria, por quien es perseguido o asesinado por pensar distinto, las vidas de niños, niñas y adolescentes abusados, jóvenes abandonados a su propia suerte, hombres y mujeres cuyos sueños fueron arrebatados por un sistema perverso que no les muestra futuro, la vida de los privados de libertad”.
“No existen vidas de primera o segunda categoría. La vida toda, y todas las vidas, su defensa y acompañamiento, debe movilizarnos en todo tiempo y lugar (...) Creemos que es estéril juzgar o apedrear a quien piense distinto, pues el 5 de septiembre debemos seguir compartiendo la mesa y trabajar en conjunto por construir un país de hermanas y hermanos”, concluyeron.