El meteorólogo de Mega se mostró visiblemente afectado por lo ocurrido durante la tarde del lunes.
La tarde del lunes, Jaime Leyton quedó en pana en plena Avenida Matta por problemas con la dirección de su auto, tras lo cual se le acercaron unos sujetos, presuntamente, para prestarle socorro.
“Me ofrecieron ayuda, pensando que era una ayuda generosa y honrada, y no era así”, relató el meteorólogo de Meganoticias horas atrás sobre lo ocurrido.
Acto seguido, “contactaron a un vendedor de repuestos que me quería cobrar, por dos extremos de dirección, $900 mil, lo que no estaba dispuesto a pagar”, aseguró el, ya que la suma era totalmente excesiva. “Así que tuve que alargar (la conversación) hasta que alguien llegara”, contó.
Ya durante la mañana del martes, en un nuevo capítulo de Mucho gusto (Mega), el “hombre del tiempo” emitió un desahogo, mientras era atentamente escuchado por sus compañeros de estudio, según consignó Página 7:
—Yo no le quise contar a mi familia… —contó él, visiblemente afectado—. Uno se acuerda de su familia; cometí un error grave y es muy difícil contarlo porque uno está pensando en sus hijos y no sabe con quién se ha metido y se da cuenta de que es un error. Al final uno dice: “hubiese dejado el auto ahí y me hacen algo”.
Jaime estaba bordeando las lágrimas.
El consuelo en Mucho gusto
—Amigo mío, esto es una estafa, usted no cometió ningún error —lo consoló el conductor José Antonio Neme—. El delito lo cometieron estas personas. Usted es un ciudadano decente, yo lo subo al columpio, pero con cariño. Lo queremos mucho. Sáquese la culpa, porque no sirve de nada y no tiene razón de ser.
En tanto, el conductor del noticiero Gonzalo Ramírez intentó interpretar las sensaciones del meteorólogo: “Se siente vulnerable, te sientes hueón”, planteó. “Uno siempre habla de estas cosas, y te das cuenta” de que “todos podemos pasar por lo mismo”, declaró.
Por último, fue la periodista Natasha Kennard quien le entregó palabras de aliento:
—No se tiene que sentir así, es difícil —le dijo—. Después de un momento así uno piensa distinto, pero en el momento tiene otras cosas en la cabeza. Estas cosas están estructuradas para que la gente caiga.
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