Bastó una llamada. Las armas fueron entregadas en sus manos a un desconocido que pasó a buscarlas al cuartel.
Una simple llamada telefónica bastó para que desconocidos se hicieran con dos armas y municiones sustraídas desde un cuartel de Carabineros en Quilín, comuna de Macul.
Según informó la institución uniformada, un sujeto se hizo pasar por el coronel Fernando Gómez y ordenó a funcionarios retirar una caja fuerte que estaba en su oficina. En ella había dos pistolas y municiones.
El supuesto jefe policial les solicitó que las entregasen a una persona que pasaría a buscarlas en un vehículo. Y obedecieron, sin saber que se trataba de tremenda mentira, según señaló Carabineros a Emol.
Investigan responsabilidades
El Ministerio del Interior calificó como “un hecho grave” lo ocurrido e instruyó a Carabineros iniciar una investigación sumaria por “hurto agravado de armamento y municiones desde los Almacenes Generales de Carabineros, en la comuna de Macul”.
La cartera dirigida por Carolina Tohá pidió poner a disposición del Ministerio Público y de la Fiscalía Militar los antecedentes, instruir una investigación sumaria para determinar las responsabilidades e “informar sobre la existencia de protocolos que regulan la administración de armamento fiscal a fin de aclarar si se cumplieron los procedimientos estipulados”.
De acuerdo a los antecedentes, se trataría de armas particulares y no fiscales.
En tanto, desde Carabineros confirmaron que ya hay dos investigaciones paralelas, en la Fiscalía Militar y otra a nivel de sumario administrativo “para ver responsabilidades respecto de las personas que actuaron en ese minuto”.
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