“Esa fue la parte más humillante”: el drama de mujer que vivió por años en las bodegas del “edificio maldito”

“No queríamos que nos descubrieran”, reconoció Keny tras salir del lugar.

Un impactante testimonio compartió Keny Pérez, mujer venezolana que vivió por dos años en las bodegas de Huérfanos 1400, conocido por los vecinos como el “edificio maldito”.

Su dramático caso quedó al descubierto tras el nuevo homicidio ocurrido al interior del inmueble.

Según detalló la mujer, en el estrecho lugar residía (hasta ayer) junto a su pareja y su mascota, sin acceso a agua potable, baño o ventilación.

“La necesidad que me llevó a vivir en una bodega fue que estaba durmiendo en la calle y eso me llenó de mucho miedo, mucho susto. Fue una experiencia horrible y alquilamos esta bodega, quedamos de acuerdo con el dueño de que todo iba a quedar entre nosotros”, contó Keny a Mucho Gusto.

Además, explicó que “de alguna forma le dio sentimientos de la forma en que estábamos ahí y aceptó, pero (nos dijo) que no lo metiéramos en problemas con la administración”.

Respecto al aseo personal, la mujer reveló que iba al baño “en los centros comerciales o al Parque de la Familia, que nos bañábamos en los chorritos que son para los niños. Uno iba bajo perfil, se bañaba, se vestía y después se iba de lo más tranquilito. Igual en el cerro San Cristóbal”.

“No queríamos que nos descubrieran porque no quería volver a la situación de vivir en la calle”, recalcó.

“Teníamos miedo”

Asimismo, reconoció que “la parte más humillante es que nos enfermamos en enero de 2021 y tuvimos que pasar todo enero en la bodega para no contagiar a nadie y tuvimos que hacer (las necesidades biológicas) ahí. Lo consideramos nuestro baño en potes plásticos bien tapados y botarlos de manera camuflada en los container de la basura”.

Sobre los delitos ocurrido en el lugar, precisó que “en el subterráneo aprendimos a conocer la verdadera cara del 1400, pero teníamos miedo que hubieran represalias por los ladrones, los vendedores de droga, con los delincuentes que viven aquí que están muy bien camuflados. (...) Soy emigrante, buscarme problemas con un ladrón es lo peor que me podría pasar porque en el subterráneo no hay cámaras”.

COMPARTIR NOTA