Ánimas que claman por llegar a Cartagena, una carga que espera desembarcar en San Antonio, una locomotora cuyo zumbido es escuchado cada noche por los habitantes de la periferia de la ciudad; todo, bajo la atenta lupa de las redes sociales.
Un fenómeno que cautiva, con fans que se preguntan a qué hora pasará o si lo están escuchando en el momento, como si fuera un reality fantasmal.
No es un sonido exclusivo de Maipú, pero es en esta comuna donde se escucha con más fuerza. En Pudahuel, Lo Prado, Cerrillos, Quinta Normal, Estación Central e incluso en Santiago Centro hay quienes aseguran que escuchan el inconfundible silbato de una locomotora que corre sobre los rieles avisando que nadie está libre en una ciudad que descansa. Un mito urbano que va en ascenso.
Mientras el eco del tren brama, las teorías para encontrar el origen de tan tenebroso sonido son múltiples. La bocina que anuncia que se aproxima el convoy es un sonido que estremece en la madrugada, cuando la chicharra suena incesantemente anunciando que el peligro que se acerca. Una musiquita tétrica que despierta a más de un parroquiano asustado. Las ruedas intentando despegarse de los rieles son el chirrido que todos sienten, como si pasara por la puerta de la casa.
Hay noches en las que se le escucha más de 10 veces. Algunos escépticos tienen sus versiones para lo que sucede, mientras que los creyentes en el más allá esperan en la fría oscuridad el paso de las ruedas sobre las vías de acero.
Quién dice la verdad, aún no se sabe. Lo que sí hay son interpretaciones que dejan con los pelos de punta. La más conocida va de la mano de un accidente ferroviario ocurrido el 14 de febrero de 1956.
Fantasmas de lospasajeros
El tren, que se desplazaba por Américo Vespucio rumbo a Cartagena, impactó con otro convoy. La máquina se incrustó en el último coche de la tercera clase, que era de madera y que quedó convertido en astillas. Tras la colisión murieron de 23 personas y 198 quedaron heridas, en su mayoría pasajeros que no podían acceder a un billete de segunda y que esperaban pasar sus vacaciones en el balneario del momento.
Los cuerpos mutilados y mal heridos encontraron una muerte trágica en medio de un viaje que sólo había partido 12 minutos antes desde Cerrillos. Es por eso que cada noche, la almas perdidas de los veraneantes salen a esperar un tren que los lleve a su destino final y así cerrar el círculo en el mundo terrenal.
Dicen que el lugar en el que más fuerte se escucha el silbato es en las cercanías del cementerio El Manantial de Maipú, el campo santo donde los espíritus esperan encontrar descanso en medio de tanto dolor.
Hay quienes creen que esta historia es sólo una patraña para incautos, pues se trataría del tren que unirá Santiago con Melipilla, sólo que esa ruta es aún un proyecto que espera ver la luz algún día y que implica rehabilitar los 61 kilómetros de línea férrea. Algo que causa más dudas sobre la procedencia del extraño sonido.
El perturbador silbido
Hay privilegiados que lo escuchan a diario, mientras que otros hacen vela para sentir la bocina de la muerte. Su hora favorita para circular es a las 2 de la mañana, cuando se escuchan los bocinazos que deja la mole de acero a su paso.
Un tenebroso sonido que no deja indiferente y que vive en el subconsciente de quienes los han escuchado.
Quizás sea el viento el que trae esa melodía de thriller a los oídos capitalinos. Quizás es un tren de carga con destino a la quinta región.
O quizás, son las ánimas esperando llegar a puerto. Como sea, el convoy maipucino se ha convertido en un suceso comentado por todos… Y si aún no lo escucha, ponga oreja en la noche, en una de esas hoy puede tocar la bocina de sus sentidos.