En el seminario "Una mirada nueva al clasismo en Chile", realizado en la Universidad Diego Portales, la periodista y escritora Elizabeth Subercaseaux se robó la película por su acalorada defensa de las nanas. La autora del libro "Vendo casa en el barrio alto" dijo que en las condiciones en que se ganan los porotos las trabajadoras de casa particular se ve la discriminación en forma clara.
"La pieza de la nana es siempre la más chica. Su ventana es minúscula (si es que tiene) y nunca da al patio, sino que da a un patio interior donde se tienden los calzones", explicó.
"Su pieza no tiene clóset. En el baño apenas cabe una ducha y si la nana es muy gorda, apenas entra. ¡Jamás tendrá una tina! La nana no come con los patrones, come en la cocina y en algunos casos incluso come salchichas cuando sus patrones comen filete", reclamó.
Lo que considera más preocupante Elizabeth es que mucha gente piensa que es normal esa conducta clasista y, en consecuencia, "en esas casas los niños crecen pensando que la nana es inferior".
En la movida también intervino el autor del libro "Siútico". El periodista Óscar Contardo fue directo a la vena. Dijo que ninguno de los conscriptos que murió en Antuco podría ser confundido con un alumno de un colegio pirulo.
También criticó que algunos cuicos hayan aparecido en las páginas sociales de los diarios porque fueron a la zona terremoteada a levantar mediaguas, como antes las señoras pitucas decían que los pobres eran indefensos como cabros chicos.