Escuela de Astronautas de Mostazal enseña a los niños a soñar

Crystián Sánchez cobró notoriedad hace ocho años cuando fue el primer líder de la Asociación de Escépticos de Chile (AECH), un grupo que denunciaba a los charlatanes que venden pomadas con prácticas lejanas a la comprobación científica. Su mayor enemigo fue (y será) Salfate.

Entonces, Sánchez era un sicólogo especialista en neurociencia que trabajaba en la U. de Santiago y que se empleó como sicólogo aeroespacial en el área de factores humanos en la Brigada de Aviación del Ejército.

Hoy, el escéptico, que dejó la presidencia de AECH, encabeza un proyecto exitoso que a partir de este año también lo realizará en Paraguay.

"Hace tres años se me ocurrió la idea de generar un modelo educativo diferente y cambiar un poquito la educación porque mi hijo entró al colegio y le cargaba, y a otros niños también. Pensé que algo debía hacer para cambiar esta cuestión y mi señora me dijo que pensara algo para que al cabro chico le gustara la escuela y yo, que tengo estudios en neurociencia inventé algo para que mi hijo se entretuviera".

"Me asesoré con profesores, los cuales me dijeron que los principales problemas de los niños en el colegio son la obesidad, el sedentarismo y el poco gusto por la ciencia, así que trabajé en un programa que combatiera esas cosas", explicó.

"Me acordé que cuando chico siempre quise ser astronauta y como me dedico hace tiempo a hacer clases de divulgación científica por el CONICYT me di cuenta que a los niños las dos cosas que más le gustan son: los dinosaurios y el espacio y sus astronautas", agregó.

Apoyo

"Me propuse hacer un programa educativo que tomara la robótica, la geología y la ciencia, pero que no sólo fuese entretenido, sino que con un sentido y que incluyera a la familia, por eso que en los cursos incluyo a los papás que acompañan a los niños a las clases, van a campamentos y son parte activa de todo el proceso, por lo tanto tu enseñas a los padres y a los niños y haces que esto se fortalezca, por eso los niños se identifican tanto con el proyecto, no se quieren ir y muchos de ellos desarrollan habilidades en al área científica", contó.

La Corporación Cultural de la comuna de Mostazal, de la región de O'Higgins, se interesó en la idea y desde hace tres años que la "Escuela de Astronautas" realiza talleres los sábados a más de 200 niños de entre seis y doce años, de ocho colegios.

"Estamos preparando grupos de robótica y cohetería para que vayan a concursos y ferias científicas. En Rancagua, San Fernando y Machalí ya nos ha ido muy bien. Además, trabajo con un grupo de profesionales, kinesiólogos, nutricionistas, profesores de ciencia y manipuladoras de alimento porque nosotros también le enseñamos a los niños a cocinar basados en la experiencia, los niños no trabajan con materias ni asignaturas, lo que hacemos es proponerles un desafío y un problema durante el día que tienen que resolver", explicó.

La condición física está a cargo de profesores que "tienen que ver con el entrenamiento del astronauta, por lo tanto lo que ofrecemos es la figura heroica del astronauta y el triunfo del hombre ante lo imposible".

Premio

El modelo de Sánchez fue reconocido el año pasado por BancoEstado; en el "concurso de innovación y tecnologías" los astronautas de Mostazal obtuvieron el primer lugar entre dos mil 400 proyectos a nivel nacional.

"Desde el banco me dijeron que éramos unos de los finalistas, pero nunca me creí el cuento hasta que llegaron acá. Fingieron que eran parte de una productora de televisión para hacer un corto entre los clasificados, pero era una broma porque ya habíamos ganado y me preguntaron qué pasaría si fuéramos los ganadores y ahí llegó el equipo del banco y nos informó que ya éramos y registraron nuestra impresión", recordó.

Junto con la instrucción, los niños también usan un uniforme que los asemeja a los astronautas de la NASA.

"Tenemos un logo institucional que inventé, que será el mismo que se usará en Paraguay y en todas las franquicias futuras que tengamos. Los niños usan un traje espacial: un buzo de vuelo con una serie de insignias donde va su apellido y todos los cursos que van haciendo en robótica, paleontología, geología. Cada uno tiene un parche que llevan en su uniforme", dijo.

Sánchez agregó que además tienen convenios de patrocinio con la revista Condorito, LEGO, el Observatorio Alma, y la NASA, que según el emprendedor los apoya con materiales educativos.

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