La tenista chilena paralímpica Macarena Cabrillana es una de las primeras beneficiadas con las ventajas que ofrece el curso de conducción para personas con discapacidad que impulsa el Automóvil Club de Chile.
La entidad busca promover la igualdad de oportunidades y mejorar su calidad de vida en el sistema vial. Esta iniciativa pionera en el país, que se enmarca dentro del programa "Más Movilidad" de la institución, permitirá que aquellas personas que viven en situación de discapacidad puedan acceder por primera vez a un curso de conducción formal, que incluye evaluaciones y entrenamientos especialmente diseñados para que estos alumnos puedan optar a la Licencia Clase B.
"Han tenido una actitud y una voluntad impresionante por querer hacer este curso. Con respecto a la parte de conducción, el auto tiene dos tipos de adaptaciones, una para mano izquierda y otra para mano derecha.
Hay posibilidad de probar ambas y ver cuál nos acomoda, dependiendo el tipo de discapacidad. Creo que es una instancia que no se había dado y que muchas personas como yo la veníamos buscando hace tiempo", explica Macarena.
Uno de los primeros pasos fue adaptar especialmente un vehículo para la ejecución de las clases prácticas. Se trata un Hyundai i10 al que se le realizaron modificaciones como el control manual del acelerador y freno clásico bajo el volante; pedal izquierdo removible para cambio de lateralidad, un kit de extensión para pedales removible, y una extensión de comando para intermitentes, entre otras modificaciones.
Lucha por la reinserción
Para su ejecución, el Servicio Nacional de la Discapacidad capacitó a los trabajadores de la escuela de manejo sobre las recomendaciones generales para la atención inclusiva.
El curso consta de cinco clases teóricas, a las cuales los alumnos pueden asistir de manera presencial. Luego, las parte práctica consta de 12 sesiones individuales realizadas en un automóvil adaptado especialmente, según las características específicas de cada persona.
"Este es un programa que busca facilitar la vida independiente y reinserción de personas con discapacidad física, mediante el acceso a la conducción de un vehículo motorizado. Las ciudades deben asumir el desafío de diseñar un sistema vial más inclusivo y amable para todos, más aún para ese 20% de la población adulta en Chile que se encuentra en situación de discapacidad, y que necesita mejor su autonomía y sus opciones de movilidad detrás del volante", aseguró Alberto Escobar, gerente de Movilidad de Automóvil Club de Chile.
Además, como fuerte acento de futuro y más allá de las modificaciones que pueda tener un vehículo, este proyecto pretende que cada Dirección de Tránsito de las comunas de Chile pueda modificar sus procesos y, de este modo, "tengan las condiciones necesarias para permitir que personas en situación de discapacidad puedan realizar los exámenes prácticos, teóricos y las pruebas sensométricas y sicométricas, según las características específicas de cada quien", sostuvo Escobar.