El hombre era fan y había bajado a ver los restos de la embarcación 35 veces. Incluso era amigo de James Cameron, director de la película basada en la tragedia. “Prefiero que haya quedado en un lugar donde fue muy feliz”, dijo la mujer emocionada.
Sidonie Nargeolet, hija del oceanógrafo francés Paul-Henri Nargeolet, habló con la prensa sobre la desaparición del submarino Titán, donde viajaba su papá ver los restos del Titanic.
La mujer de 39 años realizó la declaración este jueves, y dijo que vivió “mucho estrés, emociones muy encontradas” cuando se estimó que se había acabado el aire para las cinco personas a bordo.
“Él era un apasionado del Titanic desde que lo encontraron hace 30 años y sé que ahora está en el lugar donde le gustaría estar”, dijo a los medios.
Lo saludó el Día del Padre, pero no respondió
Además contó que se enteró de la desaparición del sumergible el lunes, un día después de perder la señal del Titán. Fue la esposa de su papá quien le avisó que él debería haber regresado a las seis de la tarde del domingo.
“Lloré mucho”, dijo sobre su reacción a la noticia. La última vez que lo había visto fue en la Navidad del año pasado. “Me envió un mensaje una semana antes (de entrar al submarino) diciéndome que hacía mal tiempo, que no habían podido bajar, pero que había un gran ambiente”, recordó.
Además, dijo que el día de la desaparición lo saludó por el Día del Padre: “Le envié un mensaje el domingo por el Día del Padre, pero ya no respondió”.
Era un experto en el Titanic
Nargeolet contó que su padre había hecho su primer viaje al naufragio en 1987. En otro barco operado por OceanGate Expeditions, y que no estaba seguro de si regresaría a salvo.
“Él sabía cómo manejar una situación de crisis. Estaba preparado para eso. Aquí, creo que a las otras personas les habría explicado que respiren suavemente para que usen menos oxígeno. Tal vez les dijo que debían patear el submarino, para que pudieran escucharlos”, dijo.
“Será muy triste para nosotros porque ya no lo volveremos a ver. Lo que más le gustaba era estar en un submarino, cerca del Titanic. Está donde realmente amaba estar. Prefiero que haya quedado en un lugar donde fue muy feliz”, dijo Nargeolet. “Él está feliz donde está... Eso es tranquilizador”, finalizó emocionada.
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