“¿En realidad están dispuestos recibir la vergüenza de ayudar a un asesino?”, cuestionaron.
Con molestica reaccionaron los familiares de los 25 militares fallecidos en la tragedia de Antuco (en mayo de 2005) a la contratación del mayor en retiro Patricio Cereceda para dictar una charla en una actividad del Ejército.
De acuerdo a los antecedentes, el condenado participó de una actividad en el Instituto de Investigaciones y Control del Ejército (IDIC), donde se abordó el conflicto armado en la Franja de Gaza.
A través de una declaración enviada a Radio Bío Bío, las familias expusieron que “nuestros hijos, hermanos y primos murieron en la montaña pidiendo auxilio, llorando, solos; congelados. La incredulidad dio paso a la certeza de la muerte y luego a la indignación”.
“Guardamos silencio cuando los adultos a cargo de nuestros niños rompieron sus filas, sus juramentos y los abandonaron a su suerte, pensamos, son hombres, al fin y al cabo tienen miedo”, agregaron.
Asimismo, expusieron que “callamos cuando cambiaron a todos los militares que participaron en la marcha de regimientos para esconder la verdad y entregar solo la versión conveniente a la prensa. Aceptamos que los militares juzgaran entre ellos sus ‘errores’ y aún no sabemos qué parámetros usaron para dar 5 años a quien mató 44 niños y al único soldado leal a los principios castrenses de todo su regimiento”.
“Esta vez no callaremos ante semejante abuso, esta vez esperamos que la familia chilena sin privilegios nos escuche y comparta nuestro dolor”, señalaron.
Apuntan al Presidente Boric
En la misma línea, emplazaron al Presidente Gabriel Boric.
“Al presidente de la República. ¿Podría mirar a un lado y dejar de representar a los ciudadanos más desprotegidos de su país?”, cuestionaron.
“Hemos enviado cartas al gobierno que en nuestra ingenuidad queremos creer que no han llegado a sus destinatarios, ya que existe un silencio sepulcral en los ministerios en los que hemos solicitado ayuda, que por lo demás ustedes nos ofrecieron”, sentenciaron.
Y luego criticaron al Ejército: “¿En realidad están dispuestos recibir la vergüenza de ayudar a un asesino? ¿Con quién está su lealtad?”.
“Las familias de los soldados muertos en Antuco rechazamos profundamente el accionar del Ejército, quien tiene tal doble estándar que realiza romerías y reconocimientos públicos a nuestros hijos y hermanos, sin embargo, ha tomado la decisión de recontratar a Patricio Cereceda Truan para ofrecer charlas a su personal”, recalcaron.
“Pensamos con justa razón que nosotros no somos más que una anécdota incómoda, que no contamos dentro de su familia, o al menos que el Ejército de todos los chilenos sigue dividido entre los pobres y una elite abusiva”, concluyeron.