Revisar el celu a cada rato, incluso sin tener notificaciones, o irse con el aparatito hasta el baño son prácticas que van de la manito con la nomofobia, que es el miedo a estar sin el celulítico. Esto es algo tan común, que ni siquiera la gente de la tele se salva de esto...
A una semana del estudio sobre lo adictos que son los chilenos con sus celulares, tres musas de la tevé chilensis conversaron con el diario pop sobre su amor incondicional al teléfono.
La bella Jhendelyn Núñez, que incluso pidió que le mandáramos las preguntas a su guasap, contó que no puede vivir sin su celu: “Sí, me considero adicta, y no es un honor que digamos, pero pasa por un tema de trabajo”.
Además, reveló que hasta en la pega lo revisa. “Siempre ando con él, hasta en el matinal lo tengo a la mano. Sólo lo dejo cuando tengo que animar un evento, pero apenas bajo voy a revisarlo”, confesó.
Otra diosa que no puede vivir sin el aparato tecnológico es Alejandra Díaz, quien aseguró que es lo primero que saca de su cartera. “Me desespero si no lo tengo conmigo, porque en estos tiempos tenemos todo en el celular, como el chat, el calendario, música, etc”, soltó.
La rica modelo chilensis también reconoció que “siempre me pasa que cuando estoy comiendo con mi familia, mi papá me dice que suelte el celu, y tiene razón, pero esto me ha ido absorbiendo un poco jajajá”.
Nomofóbica en rehabilitación
A diferencia de las otras bellezas de la tele, Vanesa Borghi aseguró que se pegó el alcachofazo y que poco a poco ha ido dejando el vicio del celu. “Antes pasaba más pegada al teléfono, pero de repente estoy con amigos y tampoco lo sueltan. Esas cosas me molestan mucho, y como también lo he hecho, trato de controlarme para que no vuelva a pasar”, afirmó.
Eso sí, la chica Morandé también le echó la culpa a la pega por el excesivo uso del teléfono, ya que “para mí es una herramienta de trabajo, y creo que como sociedad estamos hiperconectados. Es difícil salir totalmente de esto, pero hay que salir y disfrutar más”.