El gol de Héctor Tapia a Rangers de Talca en la final del 96, era el último recuerdo feliz que tenía el Colo por Copa Chile. Pasaron exactamentes dos décadas pa' una nueva vuelta olímpica y en el regerso a la gloria harto tuvo que ver Esteban Efraín Paredes. Para variar.
En un partido apretado, recién a los 25' Octavio Rivero abrió el marcador para que luego se desatara el festival de "Visogol", que en menos de 5 minutos noqueó al pobre Everton.
A lo 35' cayó la pepa 300 de Paredes en el profesionalismo, mientras que a los 38' chantó el 3-0 que demolió a los ruleteros. De yapa, se trataba del golón 141 por el hoy capitán del "Eterno".
Crack
La corona ya estaba cocinada, por lo mismo apenas sintió una molestia en su pierna momia, el goleador de la undécima Copa Chile del Albo (con 8 pepas) pidió el cambio y la ovación.
Ya con Paredes en el banco, Ramón Fernández cerró la goleada 4-0 (71') y los albos dejaron pasar los minutos para al fin gritar campeón este calendario.
Claro, en una temporada de altos y bajos, dar una vuelta olímpica no es malo, más si de pasadita se borra lo ocurrido el año pasado, cuando en el mismo cocido la "U" le dio la vuelta en la cara.