Esteroides para caballos habrían matado al sicólogo culturista

El uso irresponsable de anabólicos y esteroides destinados a animales podría ser la causa basal de la muerte de Jorge Tapia Tapia (35), un sicólogo y deportista cuyo cadáver fue encontrado sobre su cama por su madre, en la tarde del lunes, en su domicilio de la pobla Eleuterio Ramírez, de Copiapó.

La mujer sospechó que algo raro sucedía porque Tapia no contestaba  su celular, y decidió ingresar a  su habitación.

Según los peritajes, Jorge  (foto pequeña) falleció en la noche del domingo. Al costado de su cuerpo se encontró una jeringa con parte de su contenido.  La naturaleza de la sustancia se investiga.

El joven, cultor del fisiculturismo, falleció de un infarto cardíaco y su cuerpo fue remitido al Servicio Médico Legal (SML), para establecer la causa de su deceso.

"Se están investigando las causas por la gran cantidad de anabólicos que tenía", dijo el subcomisario Félix Vega, de la PDI.

La Brigada de Homicidios habría encontrado en el dormitorio del profesional anabólicos y esteroides, utilizados generalmente por los criadores de caballos.

La "pichicata", como el estanozolol y la boldenona, es utilizada para fortalecer el crecimiento de potrillos y yeguas, respectivamente.

Funcionarios de la PDI investigan cómo los esteroides de uso animal llegaron a manos del occiso, pues deben ser manipulados sólo por gente especializada.

El funeral del deportista se realizó en la tarde de ayer. Los exámenes hematológicos demorarán varios días.

CAPO

El culturista Cristián Lobarede (41) es top ten mundial de la disciplina. Con 25 años de mambo, tiene clarito que los esteroides no lo mataron.

"No son causales de muerte instantánea. Con mala suerte produce un cáncer hepático. Algunos usan drogas mucho más peligrosas", contó.

"Ejercitarse a nivel profesional sin esteroides es como correr a pata pelada cuando otros usan zapatillas con clavos, pero no se  justifica si es para apretar la guata y que se vea más linda la polera", remachó.

LOCURA POR LA "VIGOREXIA"

Para el sicólogo y académico de la Universidad Central, Alex Droppelmann, este tipo de sujetos exagera sus esfuerzos por lograr la "vigorexia", que es la otra cara de "anorexia". Ellos desean lograr un cuerpo extremadamente "armado".

"En vez de desaparecer de la realidad adelgazando, tratan de expresar su personalidad desarrollando el cuerpo. Apuestan a que sea éste el que se comunique por ellos, en vez de hablar como sujetos, como sería lo normal".

"Son generalmente personas limítrofes que no pudiendo servirse de la palabra, usan su masa muscular para expresarse en la sociedad", planteó el profesional.

M. Vega/C. Sanz

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