Con un profundo daño estructural en su construcción, la Villa Olímpica ve pasar las horas para irse abajo. Con la inseguridad de quedar en la calle, sus residentes recibieron ayer al alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, quien llegó a dar la cara y ofrecer una solución a sus habitantes.
El temor de derrumbe en los 2.000 departamentos que componen el complejo de viviendas, llevó a los vecinos a pasar la primera noche en las plazas del sector.
A las 10.25 de la mañana se hizo presente Sabat, junto a su equipo técnico, para ver por los daños del terremoto.
En medio de la desesperación, un vecino increpó al shérif comunal para que entregara soluciones inmediatas a sus reclamos. "Alcalde qué va pasar con nuestros departamentos", le gritaba indignado al edil.
"Vamos a esperar la evaluación que van hacer los profesionales (ingenieros) y lo que digan ellos se va hacer", respondió Sabat.
La Villa Olímpica -que fue construida en 1961 para acoger a los futbolistas que participaron en el mundial de fútbol de 1962- resistió al terremoto en 1985, aunque debió ser parchada para seguir en pie.
Pero no salió ilesa del último cataclismo que dejó a Chilito patas arriba 25 años después.
El daño mayor se presentó en el block 65, donde los vecinos fueron obligados a desalojar definitivamente sus hogares por las irreparables fallas estructurales.
"Esto lo va arreglar la municipalidad o nadie", afirmó el alcalde Sabat, que reiteró su compromiso con los moradores de la villa.
DAMNIFICADA EN MAIPÚ: "SE DERRUMBÓ NUESTRO SUEÑO"
Maritza Merino (38) llegó junto a su marido Iván Díaz (38) y su hijo Yerco (18) al condominio Alto de Maipú hace cinco años, cumpliendo uno de sus grandes anhelos: La casa propia.
Sin embargo, el terremoto dejó prácticamente en la calle a los vecinos del recinto ubicado en segunda transversal 2390, por lo que deberán mudarse.
"Estábamos viendo tele cuando comenzó el terremoto... No hallábamos qué hacer, escuchábamos los vidrios romperse y sentimos que el edificio se hundía", relató.
A la mañana siguiente los vecinos del condominio pudieron percatarse del tremendo daño que recibió el recinto.
Todos los edificios estaban llenos de grietas, los muros se cayeron sobre los autos y los ventanales explotaron.
"Tengo mucha rabia, pero no por lo material, sino por ver mi casa en ese estado", piteó Maritza.
"Siento impotencia porque el sueño de nuestras vidas se derrumbó en segundos", agregó entre sollozos.
DEMANDA
Al igual que la familia de Maritza, los vecinos del condominio se encuentran indignados por las condiciones en que quedaron sus departamentos.
Es por eso que la junta de vecinos decidió tomar medidas legales en contra de la constructora Santa Beatriz, a la que acusan de hacer sus viviendas con "mucho cemento y poco fierro".
"Decidimos entablar una demanda colectiva en contra de Emilio Sironvalle, el dueño de la constructora Santa Beatriz. Habían quedado de venir ayer, pero no llegaron", acusó Fernando Contreras, el presidente de la agrupación vecinal.
TÉCNICOS DE CONSTRUCTORA HUYEN DE VECINOS FURIOSOS
"Me da trauma subir a mi departamento, ahora tuve que ir ahí y casi me muero del susto, bajé corriendo rápido porque estar ahí me recuerda la noche del terremoto", señaló Carolina Hernandez, quien junto con su novio, sacaron todo del departamento y lo dejaron casi vacío.
Claro, porque el alcalde Sergio Puyol y los bomberos llegaron temprano en la mañana a decirle a los moradores del edificio que se encuentra en Exequiel Fernández y Arturo Alessandri en Macul que debían evacuar, porque está que se cae.
Algo que tiene enojados a los vecinos porque la edificación tiene solo tres años de antigüedad y los de la inmobiliaria Sigro, según el vecino Víctor Gutiérrez, "no se han aparecido; iban a hacer una reunión in situ con los vecinos, pero nos vieron, se asustaron y no hemos sabido de nada".
Y la espera va a continuar porque hay que esperar la inspección de los ingenieros de la inmobiliaria para ver si hay que derrumbar el edificio o que sólo se remodele.
