Luego que el país entero se conmoviera por el salvaje asesinato y violación de la pequeña Francisca Silva Benavides (5) en Valparaíso, los resultados de los exámenes del Servicio Médico Legal (SML) dieron un nuevo golpe a la capacidad de asombro de la opinión pública: Panchita fue arrojada viva al mar.
La confirmación de la espantosa forma en que la angelita pasó sus últimos momentos se obtuvo luego de las pericias tanatológicas que el SML realizó a los restos de la niña, quien murió ahogada a los pocos minutos de ser tragada por el océano.
"La causa de muerte de la menor es asfixia por sumersión, lo que hemos logrado acreditar con pericias bioquímicas que demuestran que la menor mantiene agua en ambas aurículas de su corazón, lo mismo que en sus pulmones. Esto nos hace pensar que, tras el acto del imputado, donde la menor encuentra la muerte es en el mar", informó el fiscal de la causa, Pablo Gómez.
ATERRADOR
Durante la audiencia de formalización contra Juan Saavedra Espinosa (37), quien fue imputado por los delitos de sustracción de menor y violación con homicidio contra Francisca Silva, el fiscal relató detalles escalofriantes de cómo el chacal habría acabado con su víctima.
"Él la hizo entrar a la casa, lugar donde la accede carnalmente por vía anal. El imputado la golpea, le produce una fractura mandibular, le produce una luxación de cuello y además le propina golpes en su cabeza que provocan que la menor quede inconsciente", narró Gómez ante la mirada atónita de los padres de la chiquitita, que estaban presentes en la Primera Sala del Juzgado de Garantía de Valparaíso.
"Una vez que la menor está inconsciente, el imputado la traslada oculta en un bolso y la lleva finalmente a La Piedra Feliz, en la playa Las Torpederas, lugar donde la menor , aún inconsciente, es lanzada al mar", agregaba el representante del Ministerio Público, mientras cada palabra hería aún más hondo el alma devastada de los dolidos papitos, Danitza Benavides y Francisco Silva.
La fiscalía reiteró que Gómez en ningún momento ha colaborado con la investigación, ya que ha entregado cuatro declaraciones y todas han resultado ser falsas.
En su última confesión el imputado reconoció que trasladó a la niña en un bolso, que se paseó en micro por el centro de Valpo y que la lanzó al mar, pero insiste en que Panchita murió accidentalmente luego de caerse jugando en la casa. Asimismo, negó que la haya violado, lo que no concuerda con las evidencias forenses.
PEDIDO
Juan Saavedra permanecerá encanado en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Valparaíso durante los tres meses que durará la investigación del caso.
Después de la audiencia, la Fiscalía ordenó que Saavedra fuera sometido a pericias sicológicas por la Policía de Investigaciones, para saber si está con loco.
Tras las indagaciones judiciales el hombre será acusado por los bestiales delitos y arriesga un canazo de cadena perpetua efectiva (40 años mínimo antes de postular a algún beneficio carcelario) por la violación con homicidio, más otros 10 años por el secuestro de la angelita.
Contra el imputado pesan las agravanates del abuso por la superioridad de la fuerza del adulto hacia la menor y la alevosía, ya que el criminal actuó sobre seguro, consciente de que la pequeña no tenía forma alguna de repeler su brutal ataque.
Trascendidos policiales indican que el sujeto está pedido en la cárcel porteña, recinto en el que estaría recluido un familiar cercano de la niña asesinada.
HALLAN CALCETA Y SÁBANA CON SANGRE EN SU DEPA
En el departamento de Juan Saavedra la policía encontró varias películas pornos que el colectivero habría estado viendo antes de secuestrar a la pequeña Panchita. El sujeto llegó a su casa encañado en la mañana de ese trágico sábado 30 de julio, pero la fiscalía aseguró que si estaba drogado igual es imputable por el crimen.
En el lugar los sabuesos también hallaron un calcetín y una sábana ensangrentados. Cuando Saavedra fue consultado por el motivo de las manchas, el chofer argumentó que era sangre del período menstrual de su pareja. Ambas prendas son periciadas por el SML.
La PDI también determinó que el imputado se paseó con el bolso por avenida Pedro Montt. Su idea era que lo vieran y así poder sustentar su primera coartada: "A esa hora yo compraba repuestos", fue la chiva.
P.Robledo/A.Orrego