Este viernes 4 de septiembre se celebra por primera vez el "Día Nacional del Vino" en Chilito, jornada que se origina en una historia de la época colonial.
Sí, porque el 4 de septiembre de 1545 Pedro de Valdivia le pidió al Rey Carlos V que le enviara vides y vinos para evangelizar al país, porque era necesario para las misas y acciones religiosas.
Y por eso hoy la Presidenta Michelle Bachelet firmó un decreto que instituye de foma oficial esta jornada como el "Día Nacional del Vino", como una forma de reconocer el peso histórico del vino y su influencia en estas tierras durante cinco siglos.
Chile es uno de los principales exportadores de este producto, por eso la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) le dio en 2013 el cuarto lugar a nivel mundial, detrás de Francia, Italia y España.
Y más allá de los daños que causa su consumo en exceso, tomar vino sí entrega beneficios, como sapea Alejandra Rojas, docente de la carrera Técnico en Gastronomía Internacional y Tradicional Chilena del Centro de Formación Técnico Santo Tomás Santiago Centro
"Gracias a los flavonoides y polifenoles, que son sustancias químicas presentes en el vino, al beberlo adquirimos cualidades antioxidantes, antinflamatorias y antibacterianas", suelta la experta.
Pero hay más sorpresas.
"Consumido de forma moderada, el vino ayuda a reducir la tensión arterial y el nivel de insulina en la sangre. Y también es un buen relajante después de un largo día, y un mejor complemento a la hora del almuerzo o de la cena".
Con el tiempo también se ha descubierto que beber una copa de vino por día contribuye a bajar los riesgos cardiovasculares y nos protege de accidentes cerebrovasculares, además de aumentar el nivel de colesterol bueno (HDL).