Investigación apunta a la sequía y la explotación de aguas subterráneas como principales causas.
Un estudio de monitoreo de la deformación del suelo en la Región Metropolitana revela que, debido a la sequía y la explotación de aguas subterráneas, se está produciendo un rápido hundimiento en distintas zonas de la capital.
De acuerdo a la investigación, cuyos resultados fueron publicados por La Tercera, la situación se da especialmente al norte y al sur de la ciudad.
Según los académicos Marcos Moreno (U. de Concepción), Gonzalo Yáñez (U. Católica) y Felipe Orellana (U. La Sapienza, Roma), “en Quilicura, Chicureo, Colina, Polpaico y Lampa (zona norte) la explotación y compactación del acuífero es más evidente y se nota una criticidad”.
“Para Paine y Huelquén (sur) las deformaciones son evidentes en los últimos años, influenciadas por la agricultura intensiva de la zona”, complementan.
Entre otras conclusiones, se estableció que las deformaciones del suelo “no ocurrieron en un momento determinado, sino que son continuas”.
“Las grandes áreas urbanas son vulnerables a diversos peligros geológicos y actividades antropogénicas que afectan la estabilidad del suelo, un factor clave en el desempeño estructural, como edificios e infraestructura, en un contexto inherentemente en expansión”, precisan los autores.
Asimismo, sostienen que “la Región Metropolitana de Santiago de Chile comprende una gran cuenca del piedemonte andino en una de las zonas de subducción sísmicamente más activas del mundo. La cuenca de Santiago y sus alrededores son propensas a megaterremotos y terremotos corticales superficiales, deslizamientos de tierra y efectos antrópicos constantes, como la sobreexplotación de las aguas subterráneas y la modificación del uso del suelo, todo lo cual afecta constantemente la estabilidad del suelo”.
Mapa de alta resolución
Cabe destacar que la investigación registró las deformaciones del suelo utilizando los satélites Sentinel 1A y 1B, ambos de la misión Copernicus de la Agencia Espacial Europea.
De esta manera, los investigadores trazaron un mapa de movimiento del suelo de alta resolución con imágenes capturadas entre mayo de 2018 y mayo de 2021.