Ahora que se nos viene el Mundial de Sudáfrica, pensar en otra cosa que no sea una pelota equivale ser un bicho raro, un paria o, simplemente, un maldito amargado. ¿Preocuparse del amor? ¡Qué idiotez! Los hombres, obvio, y cada día más las mujeres, están tan embolinados con la Roja, que son capaces de cambiar una semana de vacas con la polola en el Caribe por 90 minutos frente a un plasma. ¡Ni un respeto con la vida de pareja!
Ojo que las estadísticas no mienten: Para Alemania 2006, según un encuesta petazeta, el 16 % de las parejas españolas entró en crisis por culpa del Mundial. Y eso que los pepes dieron la hora con castañuelas en la parte deportiva.
La Cuarta, la Cupido, se preocupó entonces de los amantes que se preparan a sufrir con la esférica y pidió el consejo del sicólogo de parejas Giorgio Agostini, para que nos diera una jugada maestra a lo Bielsa que les ayude a sobrevivir, aunque sea a sopita de pan, a los 64 partidos que se nos vienen encima por culpa de la fiebre mundialera. ¡Snif!
Y Don Giorgio, que está chato de escuchar en su consulta a mujeres y hombres con sus matrimonios destruidos por el fútbol, prendió altiro con el tema basado en su propia experiencia conyugal.
- No me diga que deja de lado a la patrona por la pelota...
-No (ríe). Es al revés.
- ¿Esa onda?
- Sí, a mi esposa le gusta mucho el fútbol y la verdad que a mí no tanto. Pero como se viene el Mundial y sé que ella va a ver los partidos de la Roja, yo la acompaño en todo.
- ¡PLOP!
¿QUÉ ONDA SI SU PENDORCHA SE ENYEGÜECE POR EL FÚTBOL, AH?
La relación entre hombre y pelota es más firme que la del Negro Piñera con las piscolas y la de las modelos con la silicona. Aunque se piense que todo está perdido, el gurú Giorgio Agostini dice que la solución está en las manos de la misma mujer. Por eso, chicas, nos da la clave para que nuestra pareja quiera pasar en el ring de cuatro perillas, aunque esté jugando la Roja la final del mundial de fútbol. ¡Yupi!
"Por ningún motivo le reclame o le arruine el partido a su pareja. Mejor organice una actividad recreativa, como ir al cine o al mall con amigas", aconseja Agostini. "Si el equipo gana, celebre con él el triunfo, hasta le puede hacer una cena. En cambio, si el equipo pierde, consuélelo, que él sienta que tiene su cariño y su apoyo", explica Agostini.
Ahora si el hombre se le manda a cambiar a Sudáfrica, el gurú explica que si la mujer lo acompaña y no le gusta el fútbol, que se dedique a pasear, a ir al mall, pero que no lo mosquee. "Si va solo a ver los partidos, déjelo ir, que sienta que usted entiende su fanatismo y que no tiene que andar pidiendo permiso. Eso no falla", cuenta.
MI GORDO CREE QUE LA VIDA DURA 45 MINUTOS POR LADO ¿QUÉ HAGO?
Las mujeres estamos en todas. Conduciendo buses del Transantiago, cargando sacos en la Vega y hasta boxeando en el ring. Lo del fútbol era cosa de tiempo y gracias al zapato volador de la ex Presidenta Michelle Bachelet, ahora las pendorchas comentan las jugadas, los goles y, por qué no decirlo, cuartean como locas a los jugadores de los benditos campeonatos europeos. Y las chilenas más cabritas, se pasan los tremendos rollos con los gladiadores de la Selección.
Si su pierna suave es wena para la pelota grande, el sicólogo Giorgio Agostini le da la clave del éxito para que no lo mande a freír monos cuando su fémina esté mirando con los ojos de huevo frito a Cristiano Ronaldo, Kaká y Gary Medel, que son igual de lindos, ¿o no?
"Acompañe a su pareja. No la deje sola. Ella se lo agradecerá. Si puede, invite a otros amigos para que no se sienta solo", dice Agostini. El gurú explica que si quiere sobrevivir al Mundial, por ningún motivo se le ocurra interrumpirle el partido a su pareja con el "¿qué hay para comer?", menos con el "¿a qué hora se va a venir a la cama, mi gorda?".