Según Catalina Miranda, nutricionista de la Clínica Ain Chile, un cabro chico puede llegar a consumir el doble de las calorías que necesita diariamente durante Halloween y los días posteriores.
Del otro lado de la vereda tenemos el caso de los niños diabéticos y celiacos, que se quedan con la cara larga al ver que no pueden disfrutar de esta festividad como corresponde.
Por eso, consultamos a expertos para que suelten recomendaciones y alternativas que resulten menos dañinas para la salud de nuestros angelitos o diablitos.
"Contar con la orientación de un adulto y dosificar las golosinas es clave para prevenir cualquier consecuencia negativa para la salud. Además, se recomienda que las personas que sufren diabetes consuman dulces sin azúcar", señala Catalina, quien hace especial énfasis en que el consumo de estos productos debe ser en forma excepcional y nunca diario.
"Sus componentes pueden generar sobrepeso, obesidad y otras enfermedades asociadas, como resistencia a la insulina, diabetes, triglicéridos elevados, hiperactividad en algunos niños y caries, entre otras", explica.
DULCES MÁS CUÁTICOS
En cuanto al cuidado de los dientes, el odontólogo de la Clínica Ellis, Eduardo Elllis, opina que lo "más aterrador" de Halloween es contraer caries.
"Los dulces más riesgosos son los que se pegan a los dientes y grietas molares, como los masticables, calugas, gomitas y bombones frutales. También, en lo posible, hay que evitar caramelos duros, pues permanecen en la boca mucho tiempo, prolongando el período en que las bacterias se alimentan de las golosinas y producen el ácido".
Por esto, el experto recomienda "elegir golosinas que puedan comerse rápida y fácilmente para limitar el tiempo en que el azúcar esté en contacto con los dientes, pues las caries dentales avanzan más rápidamente en los dientes de leche, debido a que el esmalte es más delgado y el nervio está más próximo a la superficie".