Fin de año es una época llena de cambios que no sólo involucran nuevos hábitos, rutinas, sino que también incide a nivel fisiológico. Es el período en que el cabello sufre más cambios, debido a que se cae más de lo normal.
Durante el año, el cabello se encuentra en constante renovación, siguiendo una secuencia lógica de crecimiento, la que culmina con la regeneración del cabello. Sin embargo, este ciclo guarda relación con el medio ambiente, lo que hace que varíe la velocidad de acuerdo a las características de cada estación.
El doctor Juan Honeyman, director del Departamento de Dermatología del Hospital Clínico Universidad de Chile, señala que "el proceso de caída del pelo se acelera más en el verano, entonces el cabello nace, vive y muere más rápido, por esta razón la gente nota que se cae más cabello".
El especialista agrega que "en las mujeres esta situación se puede acrecentar con los cambios hormonales propios del período menstrual, lo que no sucede en los hombres, porque sus hormonas están estables".
El aumento de la caída del cabello durante estos meses es absolutamente normal y responde al funcionamiento común del organismo.
Según el doctor Honeyman, "se puede perder hasta 100 pelos diarios, sin que esto signifique que existe un trastorno o a futuro se sufra de calvicie, debido a que el folículo piloso se recupera cien por ciento".
Sin embargo, existen otros factores que, asociados al cambio de temporada, pueden develar que existe un problema. Entre ellos se encuentra el estrés, déficit nutricional, trastornos hormonales y patologías relacionadas con la glándula tiroidea.
Pero no se preocupe si ya se dio cuenta que durante el verano se le cae el pelo. No se angustie porque esto sólo aumenta la caída. En caso que la pérdida se mantenga durante las otras épocas del año debe estar atento y concurrir a la consulta de un especialista para determinar si existe otro factor que podría estar influyendo.
Honeyman recomienda consumir alimentos proteicos, debido a que es la materia prima que el pelo requiere; dar preferencia al consumo de pescados, mariscos, pollo, carne, leche y huevos. Y llevar una vida tranquila para aminorar el estrés y las frustraciones.
