Entre los antiguos residentes del inmueble ubicado en la intersección de las calles Colo Colo y Conde Orgaz, en la comuna de Cerrillos, la Brigada de Homicidios de la PDI busca respuestas al macabro hallazgo efectuado el viernes en el patio del caserón.
Mientras su propietario, Sergio Luncumilla, dirigía la instalación de un nuevo alcantarillado quedó al descubierto, a sólo 30 centímetros de profundidad, el cadáver de una mujer. Los restos presentan un impacto de bala en la pelvis y su cráneo apareció cubierto con bolsas de plástico lo que indica que fue asfixiada. El esqueleto, cubierto con un chaleco, una polera y ropa interior, estaba envuelto en una frazada y amarrado con alambres.
CLAVE
Tufi Bufadel, fiscal de la zona Occidente dijo a La Cuarta que espera que durante la semana el Servicio Médico Legal (SML) evacue un informe sobre la causa y data de muerte, que servirá para dirigir las investigaciones.
Según Juan Luncumilla, el siglo pasado el sector era un viñedo sobre el cual sus padres fundaron la parcelación Cooperativa Villa María.
Hasta 1990, aproximadamente, en el lugar habitaron Juan Arín y Zara Luncumilla, tíos de Sergio y Juan. Junto a ellos vivió Nena, una deficiente mental que padecía displasia de caderas y que se supone se encuentra en un asilo, pero nadie sabe con certeza qué pasó con ella. La familia no la vio nunca más.
Posteriormente los Luncumilla arrendaron el lugar a Ricardo Muñoz Rodríguez quien se instaló junto a su conviviente, Nancy, y a sus hijos: Francis, el "Moneda"; Patricio, estudiante de Leyes, y Juan, tatuador de oficio. El grupo abandonó la casa en enero, luego que un tribunal decretó su desalojo.
Manuel Vega O.