En el año 2003, el sacerdote Andrés San Martín reveló en una misa de conmemoración del cumpleaños de Jorge Matute Johns que el joven, aún desaparecido en ese entonces, estaba muerto y enterrado.

El religioso se enteró de esto tras una supuesta confesión que escuchó en su calidad de párroco de la iglesia Buen Pastor de San Pedro de la Paz.

A raíz de la reapertura del caso, San Martín (52) habló en exclusiva con "La mañana de Chilevisión" acerca de la muerte del estudiante y del relato que oyó mientras impartía el sacramento.

El hombre que cambió su vida y se alejó de la Iglesia para dedicarse a su vocación de profesor y dirigir un colegio, señaló que “tengo la esperanza que algún día se sepa la verdad”.

Explicó que “el mundo eclesiástico y el de la justicia son dos cosas que no se deben mezclar,  piense que lo mío es solamente una opinión, porque para poder  testificar en la justicia hay que tener pruebas, esa es la diferencia”.

El periodista de Chilevisión Cristián Acuña le preguntó si se llevará el secreto de la confesión hasta la muerte, a lo que San Martín respondió que "para poder aportar algo a la justicia uno tiene que tener pruebas, evidencias y no opiniones, porque una confesión se convierte en una opinión por así decirlo, aun cuando uno como sacerdote haya hecho todo lo que indicaban los procedimientos normales de un caso tan grave".

El ex sacerdote agregó que “es cosa que ustedes lean la jurisprudencia, cómo uno va a andar opinando lo que no le corresponde faltándole el respeto al trabajo de los jueces, uno tiene que estar al margen de toda esta historia porque uno no puede aportar nada”.

Además, señaló que el ministro en visita, Jaime Solís, lo entrevistó cuando él se hizo cargo del caso y en su declaración también aplica una jurisprudencia que protege el secreto de confesión y espera que se resuelva el misterio, pero que él no puede hacer nada.

Con relación a la reapertura de la investigación, el párroco dijo que “siempre yo tengo la esperanza que algún día se sepa la verdad, ese fue el compromiso que yo tuve con la iglesia. La iglesia me lo pidió a mí. Yo estaba en el lugar y hora en que no debía estar”.

En más de una ocasión durante la conversación con “La mañana de Chilevisión”, se excusó que la responsabilidad de cerrar el caso en forma favorable es de la justicia.

“Yo no puedo opinar nada ni intervenir, porque en mi conciencia sigo siendo sacerdote. Yo respeto el quehacer judicial porque tendrán la información adecuada para hacer lo que están haciendo, y Dios quiera que les vaya bien porque son profesionales”.

Sobre el tema de la diligencia que ordenó Solís, la exhumación del cuerpo de Matute Johns, “si el ministro tiene la cosa técnica, profesional para descubrir lo que sucedió yo creo que lo tiene que hacer, lo importante es que la justicia tiene que tener paciencia”, y agregó que “la verdad la hará la justicia, no yo”, y le deseó a la familia de Jorge que tengan esperanza.