Para los profes siempre ha sido una verdadera proeza mantener la atención de los alumnos en una sala de clases. Si a esto sumamos que hoy casi todos tienen un celular, la tarea se vuelve titánica.
Claro que este es un drama que no sólo afecta por estos lares. Prueba de ello es que a partir de septiembre los escolares franceses, menores de 15 años, tendrán prohibido el uso de sus equipos móviles, incluso en los recreos.
Una obligación producto de una ley impulsada por el actual Presidente galo, Emmanuel Macron, y que ya tiene la escoba en las comunidades académicas.
Sin embargo, no todos creen que los celus al interior de la sala de clases sean un problema. Incluso algunos piensan que más bien representan una herramienta de trabajo.
"Cada vez que un docente le indica a sus alumnos que apaguen o guarden sus teléfonos al ingresar a la clase, para trabajar con lápiz y papel, provoca una involución tecnológica", planteó Carlos Escobar Araya, Director de la Escuela de Ciencias Agropecuarias de la Universidad del Pacífico y creador del "Método Escobar" al interior de la Carrera de Agronomía de la misma casa de estudios superiores.
Éxito comprobado
El experto, quien no comparte este tipo de prohibiciones indicó que, con ella, el estudiante deja de usar tecnología de última generación, que utiliza en su vida cotidiana para realizar múltiples acciones.
Eso sí, el sabiondo señaló que "el uso de la tecnología no implica dejar de lado las formas tradicionales de enseñanza, sino que complementarla con nuevos recursos tecnológicos disponibles en la actualidad", señaló.
En vista y considerando que los elementos estaban a la vista, el experto creó su propia fórmula para aprender, el Método de Enseñanza Escobar, el cual permite, de forma fácil y a bajo costo, incorporar al aula el uso del teléfono celular como herramienta para el aprendizaje.
"Este método se está utilizando en la carrera de Agronomía con bastante éxito. Además, actualmente se están realizando las primeras experiencias tanto a nivel escolar como preescolar, como se ejemplifica en los casos de construcción de cuentos y desarrollo de habilidades para la lectoescritura.
El funcionamiento es bastante simple, es ahí donde está la gracia, porque utiliza elementos accesibles que facilitan la labor del docente y no se convierte en una carga para él", enfatizó.
El académico agregó que esta metodología de enseñanza no necesita una aplicación especial, puesto que puede valerse del uso de la totalidad de las aplicaciones que estén instaladas en el teléfono.
"Destacando entre ellas el uso intensivo de WhatsApp en la sala de clases, pero en este caso con fines de enseñanza", remató.