La aprobación en la Cámara de Diputados del estatuto laboral para jóvenes generó reacciones a favor y en contra del proyecto.
Para Daniel Ibáñez, presidente de la Fundación Participa, si se sigue con esta iniciativa, tal cual está hasta ahora, será "un retroceso en material de protección de los derechos de los trabajadores. Los jóvenes serán de segunda categoría. Esperemos que los senadores tomen conciencia de la gravedad de esta medida".
Hasta ahora, la normativa propone que los jóvenes estudiantes, entre 18 y 28 años, donde puedan trabajar en una jornada diaria máxima de 12 horas, pero que no superen las 30 horas semanales, entre otras exigencias.
Cabe recordar que es un proyecto para quienes se encuentren cursando estudios regulares o en vías de titulación.
Para Ibáñez lo peor de la iniciativa es "la pérdida de derechos como la protección a la maternidad, además del principio de las horas extras. Acá lo que se hace es flexibilizar al máximo. No sabemos hasta qué punto se hará".
El diputado Eduardo Durán (RN), quien integra la Comisión de Trabajo de la Cámara Baja, se defendió de las críticas e indicó que "hemos analizado por harto tiempo el tema, a través de indicaciones que todos pusimos, de todos los partidos".
Agregó que "este estatuto lo que busca es facilitar las condiciones para que un estudiante pueda compatibilizar sus estudios con su trabajo formal, pero que esté con todos los derechos laborales".
Derechos
Durán planteó que en un inicio sería hasta los 24 años, pero que luego de varias indicaciones "se dejó en 28 años, debido a que hay un alto porcentaje de jóvenes que termina sus estudios a los 27-28".
Durán rebatió todas las críticas y señaló que con esta normativa "no se pierde ningún tipo de fuero. Ni el maternal, ni sindical o el seguro de cesantía, está todo cubierto. Además, cuando el joven deja de trabajar todas las indemnizaciones van a estar a su disposición".
Para Andrés Freudenberg, director del Magíster en Dirección de Capital Humano de la U. Mayor, este estatuto puede traer mayor oportunidades laborales, pero también mayor precarización.
"Creo que tiene un poco de ambos. El objetivo inicial es formalizar una gran parte del empleo juvenil que hasta este momento era informal, sobre todo de empresas medianas y pequeñas. Desde ese punto de vista me parece una buena idea", contó.
Agregó que otra cosa a favor es que "si el estudiante en esa misma empresa cambia su condición laboral, ya que se tituló, le reconocen la antigüedad".
Freudenberg cree que el principal problema será que "en esa flexibilidad no se van a pagar cotizaciones previsionales. Vamos a llegar al caso extremo en que se quedó hasta los 28 años (con ese tipo de contrato) y estuvo 10 años, pero no cotizó de forma independiente. Eso genera un impacto en la pensión bastante alto".
Otro tema no menor para Andrés es el hecho de que "en el caso de la mujer, un tema importante es el prenatal, o postnatal, si queda embarazada".
Durán, de la Comisión de Trabajo, explicó que "todos los derechos del código laboral están aplicados en este estatuto".
Por último, Ibáñez cree que es necesario dejar bien claro los derechos de los trabajadores, ya que "muchos jóvenes no se van a negar (a lo que pidan los empresarios), por miedo a perder el trabajo".