El evento dejó con gusto a poco a varios, aunque destacan el retorno del humor en Jorge Alís y la apuestan por mantener la tradición de un artista anglo.
Hace una semana, con el show de Becky G, se dio por finalizada la sexagésima versión del Festival de Viña del Mar y las apreciaciones sobre lo que se vio en la Quinta Vergara son diversas.
Con el paso de los años, el show -que este año televisó la alianza TVN, Canal 13 y Fox- se transformó en unos de los espectáculos más importante de Hispanoamérica. Y cómo no serlo, si por el escenario de la Ciudad Jadín se han presentado los artistas más relevantes del continente.
Para tener una visión más clara y genuina de lo que dejó la fiesta veraniega, La Cuarta de Sábado conversó con expertos que han vivido en carne propia el rugido del monstruo.
Uno de los profesionales que más sabe del área técnica en la Quinta Vergara y del show televisivo es Eduardo Ravani. El hombre ancla del "Japennig con Ja" estuvo a cargo de Viña en siete oportunidades, por lo que es voz autorizada para opinar de lo que dejó el carrete.
"El Festival de la Canción se inició como una competencia de valores musicales y hoy no tiene nada de eso. Creo que tiene el nombre no más. Se convirtió en una suma de recitales con ausencia absoluta de valores nacionales, sin darle importancia a la competencia", señaló sin anestesia.
Además, Ravani fue categórico al afirmar que "no hay presencia artística chilena, Cami (Gallardo) fue una excepción que confirma la regla. No hay jurado idóneo, vienen puras figuritas que son personas que vienen a apuntalar a los canales. Luka Tudor, por ejemplo, no sé qué compone o Álvaro Escobar. No hay respeto por el valor de lo que fue hace 60 años el Festival. Hoy el premio de este certamen no existe, es un acuerdo comercial, vale menos que el collage que le dieron a Miguel Bosé", aseguró.
"Todo esto sin considerar que la puesta de cámara fue horrenda este año fueron puros planos generales, si no hubiera sido por la iluminación, la tecnológica aplicada como fondo que fue, a mi juicio, espectacular, nada funcionaba bien; qué decir del sonido, pésimo", sentenció el experto.
Por otro lado, Ana Josefa Silva, reconocida crítica de espectáculos, evalúa la edición 60 del Festival como una que pasará al olvido por la audiencia, "nunca había pasado que un festival de tal categoría sea recordado sólo por una rutina de humor, de los seis días, la gente sólo se acordará de las frases de Jorge Alís", afirma Silva. En relación al show musical, es enfática y declara que "los shows musicales fueron repetidos, mucho arroz graneado. Lo que era la novedad, como Bad Bunny o Becky G, eran muy de nicho".
"El Festival es un clásico y hay que cuidarlo. El festival debe mantener su tradición de los shows anglo", sentenció.
Humor al alza
Desde la vereda de los comediantes y con experiencia en la Quinta Vergara, Mauricio Medina (El "Indio" de los Dinamita Show) analizó el trabajó de sus colegas en el escenario.
Se sabe que el humor es uno de los platos más esperados por la audiencia y este año tuvo exponentes para todos los gustos y edades.
"Creo que el humor cumplió con lo que se espera todos los años. Están los que triunfan y a los que se los come el monstruo. En este caso se pensé que sería el cubano el que desencantaría al público, pero Jani Dueñas dio la sorpresa", sentenció el indio.