Una falta piola fue lo que provocó lo impensado en el partido entre Grecia y Bosnia y Herzegovina.
Es que iban 80 minutos y el visitante estaba sacando tres puntitos de oro en la tierra de Platón. Por lo mismo, Sokratis fue con todo a quitarle el balón a Edin Dzeko, a quien le cometió falta.
El árbitro pitó a favor del bosnio, pero desde el suelo el delantero de la Roma se choreó y no encontró nada mejor que bajarle los "shores cortos" al griego.
Por ponerse perverso, el pepero vio la roja y pa' más remate, Georgios Tzavellas a los 95' anotó el empate. Mal.
La imagen que dio la vuelta al mundo:
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