Extranjeros zapatean y disfrutan en las Fiestas Patrias

Nuestro reportero haitiano, Marc-Enold Dezinord, dice que para los extranjeros la mejor forma de integrarse a un país es adoptar sus costumbres y seguir sus tradiciones.

Quizás por eso miles de inmigrantes disfrutan de las Fiestas Patrias.

En las fondas del Parque O'Higgins llama la atención que un buen porcentaje de las personas que trabaja en el aseo son extranjeros, la mayoría haitianos, pero también hay gente que trabaja atendiendo las fondas como es el caso del colombiano Maicol Granada Ramírez, quien vende terremotos a tres mil pesos.

El joven de 28 años, de Medellín, llegó hace un mes y medio con la intención de trabajar acá, porque según contó el dinero chileno vale cuatro veces más que el de su país.

"No tengo amigos acá, me vine solo, sin familia, en Colombia trabajaba en una barbería y acá en lo que resulte. Las fiestas patrias chilenas están buenas, lo que me falta es plata para gastar. En Colombia también celebramos, pero cualquier día y por todo".

Cueca y terremoto

Por su lado, el dominicano Antony Javier, gastó las suelas de sus zapatos bailando algo parecido a una cueca en la fonda que la muni de Recoleta tiene en el estadio comunal.

El caribeño que trabaja en una feria libre contó que el terremoto es lo que más le gusta entre todos los componentes de las fiestas dieciocheras, y confesó que los prefiere con harto helado, para no irse en pálida, a pesar de su moreno color.

En tanto el sociólogo haitiano, Evens Clercema, quien lleva ocho años radicado en Chile, se robó las miradas en la inauguración de las fondas del Parque O'Higgins, porque fue uno de los bailarines de cueca, y se veía regio vestido de huaso.

El profesional que estudió en la Universidad Silva Henríquez contó que el 2005 por primera vez vio cómo se baila la cueca en un evento realizado en la embajada chilena en Haití, y desde entonces comenzó a ensayar.

Evens ya se considera un chileno más y agregó que en la primera vez que bailó el baile de los huasos y las chinas "para mí lo más complicado fue dar la vuelta, porque como no entendía bien el español cuando decían 'vueelta' no sabía lo qué había que hacer".

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