El director Franco Zeffirelli murió el sábado en su casa en Roma, acompañado por sus hijos, un médico y un sacerdote b "El gran público me recordará por 'Romeo y Julieta', 'Hermano Sol, Hermana Luna', y 'Jesús de Nazareth'".
A los 96 años falleció el sábado Franco Zeffirelli. Estaba en su casa en Roma, acompañado de sus hijos adoptivos, Pippo y Luciano, un médico y un sacerdote. En las manos del director italiano había un crucifijo, señal de su ferviente catolicismo, inculcado por su madre, y cuya fe se acrecentó tras la grabación de Jesús de Nazareth en 1977.
Desde pequeño Franco Zeffirelli, cuyo nombre real era Gianfranco Corsi, tuvo fuertes influencias artísticas de dos mujeres muy trascendentes en su vida: de su mamá, quien le inculcó la pasión por Mozart y la ópera, y de su niñera, Mary, quien lo crió desde los seis años al morir su progenitora y le enseñó inglés y a leer a Shakespeare.
Ellas le dieron los cimientos para desarrollar una carrera de seis décadas que lo llevó con facilidad del teatro al cine, de ahí a la televisión, para luego incursionar también en la ópera y hacerse merecedor de innumerables premios y la admiración de grandes estrellas como Maria Callas, Richard Burton o Liz Taylor.
Pero tras este mágico talento con el que en cada obra buscaba comunicar sensaciones de movimiento y tensión, de emoción a través de la belleza, hay otro nombre esencial: Luchino Visconti, con quien además de una relación de inspiración hubo sentimiento que el mismo Zeffirelli definió en su autobiografía como "un amor atormentado, roto, pero no apagado".
"Autobiografía, un libro en primera persona", fue publicada hace 16 años y significó una liberación para el alma de Zeffirelli. Ahí confiesa que de la única mujer que se enamoró fue María Callas, que su primer sentimiento real fue hacía un compañero de colegio que lo rechazó y que cuando niño sufrió el acoso de un sacerdote. También se explayó de su homosexualidad, a la que calificaba como una virilidad creativa, y aseguró que aborrecía la palabra "gay".
De posiciones sociales y políticas de derecha, fue muy amigo de Silvio Berlusconi, quien lo hizo senador por su partido Forza Italia durante dos períodos.
En una de sus últimas entrevistas, al preguntar al director cómo creía que sería recordado dijo: "Los especialistas destacarán mis conquistas culturales y mi sentido estético. El gran público me recordará por 'Romeo y Julieta', 'Hermano Sol, Hermana Luna', y 'Jesús de Nazareth'".