"Esta no la contamos cuatro veces", chacoteó Philippe Cartier (26), quien la tarde del domingo presenció atónito como tres cumejas le dejaron el auto como colador mientras intentaban cogotear a su taita y su hermana, en la puerta de su casa de la comuna de La Reina.
"En los últimos dos años nos han entrado a robar tres veces", afirmó el estudiante de periodismo, quien cree que en su palacete de avenida Echeñique tienen una especie de ángel guardián que los mantiene a salvo de la Pelá. En todos los choreos nunca les ha pasado nada grave.
"Fue terrible, sonaron como 20 balazos. El auto recibió como 10. Si alguien hubiera ido en el asiento del copiloto ahora estaría muerto", reflexionó Cartier.
"Fue casi un milagro que nadie de mi familia resultara herido. Sólo lo siento por el caballero de la camioneta que viajaba con su familia... ¡Le dispararon sin ninguna contemplación!", indicó horrorizado.
El joven se refiere a Andrés Vinet (42), quien pasaba por el sitio de la balacera junto a su esposa y sus dos hijitas. Los desalmados, en plena huida, le pegaron dos tunazos en las piernas, le robaron su Ford Ranger gris y arrancaron del lugar, en avenida Echeñique con avenida Ossa.
El pobre Vinet, quien no tenía arte ni parte en el atado, quedó internado, sin riesgo vital, en la Clínica Alemana. Tiene heridas en el muslo derecho y la pantorrilla izquierda.
SUERTE
La creencia del menor de los Cartier en una extraña y misteriosa fuerza que protege a su familia en el domicilio no se basa sólo en la milagrosa escapada del domingo.
En los tres intentos de robo que han afectado su hogar en estos años nunca le han pelado nada y, lo más asombroso, se han librado jabonados de la muerte dos veces.
"En 2007 unos gallos entraron a la casa y le pegaron un cachazo en la cabeza a mi papá. Con el golpe se le cayó el cargador a la pistola. Mi viejo gritó por ayuda y le dispararon, pero la bala no salió y los tipos finalmente arrancaron", contó Philippe con piel de gallina.
A juicio del estudiante, el barrio se puso inseguro desde que se abrió la estación del metro Simón Bolívar. Pese a sus malas experiencias, los Cartier no quieren cambiarse de casa.
"Hemos vivido aquí por 50 años. Esto lo construyó mi abuelo y tenemos un gran apego con este lugar. No puede ser que cedamos tanto ante la delincuencia", sentenció Philippe, mientras un maestro reforzaba el portón de la casa.
¡ROTTWEILER "FRIDA" APRETÓ CACHETITO!
Tras el segundo asalto que afectó la casa de los Cartier en La Reina, la familia compró a "Frida", un fornida perra rottweiler que les daría amor, cariño y, por sobre todo, mucha seguridad hogareña.
Sin embrago, tras los balazos del domingo el peludo guardián apretó cachete de vuelo y partió como flecha a fondearse en el último rincón del patio, onda Scooby - Doo. Como la fiera arrugó, la sicóloga Michelle Cartier aperró, se armó de valor y les echó el auto encima a los rateros en marcha atrás.
"Mi hermana notó que tenían a mi papá amenazado con pistolas en el portón, así que se tiró con todo. Fue una acción muy arriesgada, le tiraron un montón de balazos, pero nos salvó", explicó Philippe.
Pedro P. Robledo A.