Las avivadas del famoso "perro muerto"

Gremio gastronómico pide dar urgencia al proyecto de ley que sanciona esta práctica.

El concepto del "perro muerto" está en boga por estos días tras la aparición de un ciudadano alemán en La Araucanía, quien se ha llenado su estómago con comida sin pagar ni uno.

Y como la gracia le ha salido barata, los locatarios de restoranes de Santiago pidieron con cucharón en mano a las autoridades dar urgencia al proyecto de ley que busca sancionar las penas por estas prácticas.

"No hay ley que nos pueda defender a nosotros, por eso hicimos la gestión para que nos ayuden y sean castigados todos los que cometen estos delitos, que son una gran falta y un robo", dijo Zacarías Alarcón, dueño del restorán "Donde Zacarías".

El guante fue recogido por el diputado Jorge Durán, quien pidió dar urgencia al proyecto de ley que busca tipificar y sancionar la práctica del "perro muerto" como un delito.

"Hoy en nuestra legislación no tenemos mucha protección, sólo se puede denunciar mediante una demanda civil, en el caso de incumplimiento de una obligación civil, y la otra forma es una demanda por estafa", explicó.

En la oportunidad, el diputado y los locatarios dieron a conocer las diferentes vías que usan los frescos para tomar y beber sin pagar.

"Casi siempre lo hacen con cuentas superiores a los $80 mil", dijo Miguel Ángel García, garzón del boliche "Donde Zacarías".

Concepto de perro muerto

El lingüista nacional Héctor Velis-Meza explica que en nuestro país el término "perro muerto" tiene su origen "en las pequeñas aldeas del pasado, cuando moría una persona que tenía un can, todos los vecinos se hacían cargo del animal. Entonces, la mascota comía gracias a que los vecinos del difunto lo alimentaban".

El experto explica que la frase original es "perro del muerto" debido a lo anterior, pero al llegar a Chile se deformó de la misma forma que la frase "mascar lauchas", cuando en realidad es "mascar la hucha".

Las artimañas más comunes

Lanzan moscas o pelos al plato luego de haber consumido la gran parte. Con esto buscan legitimar su acción.

La persona indica que va a sacar dinero del cajero automático o que va a buscar al otro comensal que estaba esperando. Y nunca regresa...

Usan el baño como escondite para que no lo vean los garzones. En su interior, se cambian ropa y salen como si nada.

Al no poder pagar, empeñan bolsos o mochilas que parecen ser "de valor". Prometen regresar pero no vuelven.

La persona finge recibir una llamada importante o simula hablar con alguien que está perdido. Sale a la calle y se va sin pagar.

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