Alrededor de 30 mil personas fueron a Farmacias Ahumada el primer día en que los afectados por la colusión en los precios (que reconoció la cadena ante la Fiscalía Nacional Económica) pudieron ir a cobrar la diferencia entre el precio real y el inflado por la codicia.
Los clientes llegaban súper colgados, pero los dependientes les entregaban un folleto y se daban el tiempo de explicarles qué cresta debían hacer para recuperar la plata.
Las personas con convenios con la farmacia y con boletas podrán recibir dinero al cash si compraron uno de los 222 medicamentos bajo colusión, mientras que la gente que no tenga cómo probar que compró alguno, también tendrá un beneficio. Ellos dirán qué remedio adquirieron y la empresa les rebajará la diferencia en una nueva compra.
Olga Gasulto visitó la farmacia del Paseo Ahumada al mediodía para cachar si el remedio que toma para la tiroides estaba en la lista. Cuando se dio cuenta de que el Eutirox sí salía, dijo que de todos modos no está satisfecha y que no piensa que vuelva a comprar en la cadena, porque "ya no les creo nada y no sé si algún día recupere la confianza".
Otros celebraron la funcia, pero en la medida de lo posible, ya que para Pedro López, del laburo minero, la cosa es simple: "Mire, la rebaja de precios es medio julera; es más que nada para amarrar a la gente para una segunda compra. Eso me suena a fidelización de clientes". Mmmm.
