El único imputado por el crimen de Fernanda Maciel reapareció públicamente y acusó duras amenazas por medio de su abogada.
Durante la mañana de este jueves se desarrolló la audiencia de revisión de cautela de garantías solicitada por la defensa de Felipe Rojas, único imputado por el crimen de Fernanda Maciel.
En la instancia, la defensora Jacqueline Stubing reiteró su preocupación por Rojas, quien recibiría fuertes amenazas por parte de otros internos en el patio de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS).
Según la profesional, el principal sospechoso del asesinato estaría "encargado" en otros centros penitenciarios. Además, reveló que la familia de Felipe y ella están con medidas de protección. También confirmó que un perito de la defensa tiene denuncias por amenazas y hay un componente grave de narcotráfico. "Hay un grupo de personas que ejerce amedrentamiento", dijo.
Durante la audiencia, la abogada también mostró su preocupación por las condiciones carcelarias de Felipe. Incluso señaló que trasladarlo desde la CAS empeoraría su situación. Eso sí, cuestionó el penal por una serie de arreglos que se estaría desarrollando.
Al tanto de estas declaraciones, el abogado de Gendarmería aseguró que los trabajos aún no se inician y que se encuentran en proceso de licitación. Además, dijo que eventualmente Felipe Rojas sí podría ser trasladado a otros centros penitenciarios que cumplen con las características para recibir a imputado de su categoría. Por ejemplo, se mencionó la cárcel de Rancagua y Santiago 1.
Finalmente, la jueza rechazó la cautela de garantía presentada por Stubing, motivo por el que Felipe Rojas permanecerá en la cárcel de Alta Seguridad.
Extraño comportamiento de Rojas
A varias semanas de su formalización, Felipe Rojas volvió al Centro de Justicia para asistir a la audiencia solicitada por su abogada. A diferencia del primer trámite procesal, el imputado ingresó cabizbajo y sólo se limitó a mirar de reojo a su abogada. Con la clara de intención de dar la espalda al público, la familia de Fernanda Maciel y los querellantes, Rojas se sentó al costado izquierdo de Stubing, quien le habló al oído.
A minutos de su ingreso, un gendarme le hizo ver a Felipe que debía sentarse a un costado de la sala, de modo tal que debía quedar a la vista de la jueza, los querellantes y todos los presentes. Al tanto del error, su abogada lo invitó a obedecer.
En cuanto a su aspecto físico, Rojas reapareció públicamente con una evidente baja de peso y sin barba.
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