Si hubiera habido una mina que se llamara Sarah Connor, de más que habría apretado cachete ayer del estadio, porque al Feña sólo le faltó decir "hasta la vista, baby". En plena cuna de Arnold Schwarzenegger, González le rindió tributo a Terminator reviviendo como la máquina del ojo rojo en un pleito realmente de thriller.
En cinco ocasiones el letón, y no jetón, Ernests Gulbis (56º) tuvo al 12º del mundo a punto de darle el palo de gracia. Cinco veces, poh. Pero, al igual que el "roboc" porfiado, se paró de las cenizas y González se llevó el tie break del segundo set por un infartante 11 a 9.
De ahí todo fue fácil. El Feña olvidó que perdió el primer parcial por 6-4 y en la manga definitiva sacó la bazuca para exterminar al insolente por un duro 6-1. "Estoy contento por la forma en que di vuelta el partido, y haber terminado con un 6-1 fue bueno para la confianza", dijo nuestro duro de matar.
El "Bombardero" ahora se las verá con el que sobreviva al partido entre el checo Radek Stepanek y el francés Gael Monfils. Y es vital mirando a Shangai.