Borricos más verdes que el caracho de Shrek vio Fernando González (15°) después de transpirar hasta por el último poro en la épica victoria sobre el belga Kristof Vliegen (88°), por parciales de 1-6, 7-5 y 6-3, en el ATP shopero de Munich
Es que el bazuquiento de La Reina sudó lo que se llama la mórbida para meterse en los cuartos de final del Abierto teutonoide. "Desde el principio él estaba jugando a un gran nivel y no me dejaba hacer mucho", reconoció como caballero nuestro Feñita, que dio gracias al Pulentísimo "porque supe esperar mi oportunidad y quedé muy feliz por la forma en que gané el partido. Estoy fuerte mentalmnete".
En todo caso, los días de urgimiento están lejos de acabarse para González. Es que ahora se le cruzará en el camino Marat Safin (84°), el hijo de Putin que se echó por 7-6(4), 6-7(5) y 6-3 al "otto" Michael Berrer y con quien tiene una hachita que afilar desde la Copa Davis en La Serena.
"Con Marat hemos jugado muchas veces, pero hace tiempo que no nos encontramos. Será un partido entretenido y ojalá que la gente lo disfrute", dijo González, que anda detrás de su segunda final del año, luego de que se coronara rey de Viña 2008.