Fiebre de Baile: ¿Hasta cuándo estiran el chicle?

Dicen que caballo bueno repite, pero en CHV como que agarraron papa.

Es que tras el éxito de las primeras temporadas del estelar Fiebre de Baile, los caporales de la estación privada no le han dado tregua a la fórmula del equipo de Juan Pablo González.

Por lo mismo durante los últimos meses hemos sufrido una sobredosis de la pomada danzarina, que a esta altura ha tenido versiones largas, cortas, con ingresos sorpresa, salidas rimbombantes y hasta uno que otro galleteo.

¿El resultado? Una increíble cuesta arriba con la que han debido lidiar los creativos del programa, quienes dos veces a la semana han comprobado empíricamente que, pese a cambiar los payasos, a la gente le aburre ir siempre al mismo circo.

Y no es que los participantes de la actual temporada hayan sido cornetas, ni mucho menos que el regreso de los "históricos" fuera una especie de salvación. Es más sencillo. A esta altura da lata ver al omnipotente jurado calificando actuaciones con un fuerte tufillo a repetido.

Lo peor es que el único gran cambio del espacio, el ingreso del Rafa como animador, todavía no convence. Tal vez porque el fantasma de Julián en Factor X ha penado más de lo que pensaban.

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