El haitiano Johnson Ronald Henry no paraba de grabar con su celular en la marcha del Día del Trabajador. Lo hacía tan bien, que Pablo Guede lo habría contratado al toque para sapear entrenamientos ajenos...
"Es todo muy bonito. En mi país no tenemos algo así", contó sin soltar su celu. Él no fue el único que se unió a la manifestación de los "disidentes", que terminó siendo lo más multicultural.
La dominicana Karen Peralta, presi de su comunidad, se unió al llamado de la Confusam, el Colegio de Profesores y un sector de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), que le hicieron el manso oso a la convocatoria de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y realizaron una marcha paralela, desde la Alameda hasta el frontis de la Universidad de Santiago.
"Somos 25 mil en Chile. Es una necesidad estar acá en la marcha para que las autoridades nos den una solución a los miles de inmigrantes que están acá", afirmó Karen en medio de las batucadas y banderas.
Llegó todo el mundo
Como la convocatoria era tan masiva, unos chinos también llegaron a patalear por sus derechos. Y, de pasadita, también se sacaron varias selfies con el guanaco y el zorrillo que llegaron cerca del mediodía, cuando comenzaron los atados (ver recuadro).
Desde el Viejo Continente también llegaron visitas. Cuatro suecas dijeron presente, pero se hicieron humo cuando apareció la fuerza policial.
En tanto, muuuuy lejos de la Usach, estaba el otro lote convocado por la CUT, que terminó sin atados con un evento en Alonso de Ovalle.
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